diumenge, 13 d’octubre del 2013

El día de la Raza y el de los muertos.


El 12 de octubre es más que una fiesta. Es una catarsis colectiva. Sus muchos significados, que interactúan entre sí y con una realidad a menudo conflictiva, se prestan a grandes controversias de interpretación. Su nombre oficial, por Ley de 1987, es Fiesta nacional de España, haciendo hincapié en el nacional. La nación española está de fiesta el 12-O. Antes había sido Día de la Hispanidad y, antes, Día de la Raza.

La Fiesta nacional, ignorando la Hispanidad, pretende desvincular la idea de nación española del descubrimiento de América. Pero es un vano intento desde el momento en que se mantiene la fecha del avistamiento del nuevo mundo por Rodrigo de Triana. Tendría que haberse pasado al 2 de mayo, hipótesis que seguramente barajó el legislador pero, inexplicablemente, dejó de lado. Así que la nación sigue asociada al descubrimiento y no sin querella. El término descubrimiento despierta lógicas iras en los descubiertos y ya no se hable de una opinión muy extendida que llama genocidio a lo que otros consideran obra civilizadora de España en América; o sea, la Hispanidad. Primera bronca.

El 12 de octubre es también el día de la Virgen del Pilar, patrona del Reino de Aragón y, por ende, de España, aunque subordinada al verdadero patrón, Santiago el Mayor quien, en realidad, era su mandado, al habérsele aparecido en carne mortal en Cesaraugusta el año 40 para encargarle la evangelización de España. Patrona también de la Guardia Civil, por si hubiera alguna duda y, mira por dónde, de la Hispanidad. La Guardia Civil tiene en estas ocasiones lo que se llama "perfil bajo", pero la presencia de Santiago evoca de inmediato el Santiago Matamoros y cierra España. No es lo más adecuado para emblema de la alianza de las civilizaciones que Rajoy parece haber descubierto tras reírse de ella y a la que ahora se apunta con su habitual oportunismo y falta de dignidad. Segunda bronca.

Sigue funcionando la Hispanidad. Y la Raza. El nacionalismo español muestra su vigor. El PP y Ciutadans han movilizado sus huestes para un acto afirmación nacional Española en Barcelona. Varios miles, llegados a bordos de autobuses, han respondido a la llamada. Una manifestación por la unidad de España que diera respuesta esta vez a la cadena humana catalana del pasado septiembre. La mayoría a favor de lo catalán es abrumadora. Pero la afirmación nacional española compensa por lo vistoso lo enteco de los números. Banderas franquistas y profusión de otras enseñas con emblemas así como de tipo céltico y pendones variados pusieron una nota de colorido en la mañana barcelonesa. Luego, las escuadras fascistas recorrieron las calles de Barcelona, a ver si podían dar estopa a algún catalufo. Más o menos lo que hicieron en Madrid, esto es, merodear por el centro a dar palizas a quienes no les gustaran. Y ante la inactividad de la policía que solo interviene para apalear izquierdistas, pues esto es una democracia. Tercera bronca.

Después del desfile, que a nadie importa un pimiento, la recepción de la Corona, este año coroneta porque el titular está postrado. En realidad, de la Casa Real ya no queda casi nadie. En la foto faltan una infanta y dos yernos. La cuestión de la monarquía, cada vez más desacreditada y cuestionada. Si, por fin, la infanta ausente resulta imputada, la situación va a hacerse insostenible y es posible que, por mucho besamanos al que acuda Rubalcaba, los socialistas acaben recordando que lo suyo es la República. Cuarta bronca.

En efecto, más que una fiesta, una catarsis. Tantos significados y tan controvertidos no tendrán inconveniente en acoger otro más. El PSOE e IU presentan una moción no de ley urgiendo al gobierno a que establezca una comisión de la verdad para desenterrar a los asesinados por los franquistas y hacerles justicia. Aquel se negará a hacerlo por la misma razón por la que se niega a tipificar como delito la apología del franquismo, porque el franquismo es su principal afinidad electiva. ¡Comisión de la verdad! Franco ya la dejó atada y bien atada y los apologetas franquistas que se autotitulan historiadores la repiten sin cesar. Esa negativa será suficiente para que la oposición, llamando en su auxilio la sociedad civil, la constituya por su cuenta.

Es muy buena idea vincular la petición de justicia por los crímenes del franquismo a la fiesta nacional española. Esta petición de una comisión de la verdad es la quinta bronca, resumen de las anteriores. Porque cuestiona la fiesta. Fiesta nacional ¿de qué nación? ¿La de los vivos o la de los muertos?

(La imagen es una foto de Okokitsme, en Twitter).