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dilluns, 3 d’abril del 2017

Una banda de ladrones desalmados

España lleva años gobernada por un partido imputado en procesos penales por tratarse de una presunta asociación para delinquir, según los jueces; esto es, en corto, gobernada por una banda de ladrones. Después de la catarata de episodios de corrupción que anegan los medios del país, las televisiones, las radios, la pensa; después de los casos Gürtel, Púnica, Urdangarin, Matas, Mato, Cajamadrid, Blesa, Rato, Fabra, Camps, Trillo, Barberá, Granados, González, Bárcenas, Correa, los sobresueldos, el padre de Rajoy, etc., etc., nadie puede negar un hecho tan notorio: que un país europeo del siglo XXI, una "gran nación", según su presidente del gobierno, responsable político de est latrocinio generalizado, está gobernado por lo que parece ser una banda de ladrones, un grupo de presuntos criminales .

Se trata de un verdadero fenómeno psicosociológico que probablemente se estudiará en los años venideros, quizá como un ejemplo de trastorno psicótico colectivo. Sobre todo porque no será posible aducir ignorancia o descuido. Son de recordar aquellas declaraciones de Aznar hacia 2010 o 2011 el sentido de que el PP es "incompatible con la corrupción". Todo el mundo sabía que se trataba de una mentira dicha por quien había invitado a la inenarrable boda de su hija a lo que resultó ser la mayor concentración de granujas del momento. Es decir, el PP solo es compatible con la corrupción. Como de recordar son los cientos de declaraciones absurdas y descaradas de los principales dirigentes de esta supuesta banda de mangantes en el sentido de que el PP era el partido de la honradez, el de los trabajadores, el que más ha luchado contra la corrupción, etc., cuando lleva años falsificando el proceso político y ganando elecciones ilegalmente que habría que anular.

Es uno de los inexplicables rasgos de esta asombrosa circunstancia. Como lo es el hecho de que los cargos imputados jamás dimiten, ni siquiera cuando los pillan con las manos en la masa. Al contrario: organizan espectáculos alucinantes para disimular sus tropelías, para embadurnarlo todo, para mentir y engañar: ese pollo de la Guardia Civil al que han pillado en el asunto de un piso de lujo por el morro, el del otro -tambièn relacionado con la guardia civil- que, sin tener capacitación ninguna está colocado por enchufe en un eléctrica con un salario de cine, el ex-ministro Soria, el ex-diputado Pujalte y decenas de casos más debidamente documentados. Un partido de parásitos desvergonzados.

Todavía más inexplicable: cuando la presunta banda de ladrones (todos ellos de misa y comunión diaria, cómplices de los curas a cuya organización eclesiástica tienen también reservada una suculenta porción de la pasta trincada) se presentan a las elecciones, es frecuente que las ganen con mayorías abrumadoras. Es decir, por lo que se ve, a los españoles no solo no les molesta estar gobernados por una banda de ladrones sin más principios que el enriquecimiento personal por los procedimientos que sean, sino que los aplauden y los votan para que sigan robándoles.

Que un tipo que estuvo años cobrando sobresueldos con cargo a la caja B de su partido pueda ser presidente del gobierno y, a pesar de no saber ni hablar, no se le ocurra dimitir es suficiente muestra para causar pasmo y asombro en el mundo civilizado. Porque fuera de España, cuando a un político lo pillan empleando en el cuidado de su padre los dineros públicos que niega al resto de dependientes, la dimisión es inmediata. Aquí no solo no hay dimisión; ni siquiera una somera explicación de los hechos.

Los españoles están a ver cómo les roban y les saquean y no abren el pico.

El padre del rey actual tiene, según informaciones de la revista Forbes una fortuna personal de 1.800 millones de euros que nadie se explica de dónde haya salido, aunque todo el mundo barrunta el origen. Nadie, sin embargo, ha intentado siquiera aclararla. Es más, cuando hay una petición parlamentaria de hacerlo, los partidos dinásticos, el PP, el PSOE, C's acuden con sus votos parlamentarios a impedirlo. Nada de investigar las supuestas cuentas en Suiza del ex-jefe del Estado. Aquí, a dejarse robar y a callar.

Es alucinante y no se puede explicar si no es tomando en consideración la función de complicidad y encubrimiento de los medios vendidos a la banda de facinerosos.

Y no acaba ahí la cosa. El país no solo está gobernado por una banda de chorizos sin ideología política que no sea el expolio de lo colectivo, sino también por gente -la misma- que, aparte de robar, se mofa de sus víctimas, las humilla, hace negocios con ellas y, si puede, sigue robándoles.

Auténticos granujas que muestran su pelaje cada vez que produce una catástrofe, una desgracia, normalmente imputables a su fabulosa incompetencia. Cuando sobreviene algún tipo de desastre, las reacciones de los responsables oscilan entre las muestras de imbecilidad congénita o granujería sin más. Normalmente se trata de ocultar las responsabilidades; después, de culpabilizar a las víctimas; luego de reírse de ellas; y, si nos descuidamos, de volver a robarlas. Porque esta gente no tiene escrúpulos. Ahí van algunas muestras de un elenco que puede seguir completándose y quizá merezca la pena hacerlo:
  • Cuando la catástrofe del Prestige, el de los sobresueldos, hoy al mando, dijo lo de los "hilillos de plastilina".
  • Las víctimas del accidente del metro de Valencia han tenido que esperar once años para ser tomadas en consideración y, entre tanto, soportar humillaciones sin cuento.
  • Los presuntos ladrones aprovecharon el asesinato de Miguel Ángel Blanco, uno de los suyos, para blanquear dinero.
  • También blanquearon dinero el día de los atentados de Atocha, al tiempo que escarnecían -y siguen haciéndolo- a las víctimas.
  • Cuando el accidente del "Madrid Arena" en tiempos del prodigio de incompetencia de Ana Botella en Madrid, la alcaldesa se fue a un "spa" a relajarse, sin ocuparse de las víctimas. Cinco muertes y ningún culpable.
  • Las 62 víctimas del Yak 42 sufrieron el escarnio postrero de ser mal identificadas para que su caso no fastidiara la carrera del entonces ministro Trillo, miembro del Opus,sin un solo adarme de escrúpulo o respeto por sus semejantes en caso de muerte.
  • Los 79 fallecidos del accidente del tren Talgo Alvia en Angrois en 2013. La Agencia Ferrorviaria Europea emitió un informe en el que se cuestionaba la que habían hecho las autoridades españolas por faltya de independencia ya que, al final, ha resultado que el único responsable venía a ser el maquinista y no que se incumpliera la correspondiente directiva europea.
  • Las decenas de miles de asesinados por los franquistas y enterrados de cualquier forma en las cunetas en España ahí siguen y sus allegados y la opinión en general hemos de soportar los comentarios inhumanos y crueles de gente que más parecen matones sin escrúpulos como Rafael Hernando o simples majaderos con serrín en la cabeza como Pablo Casado.

Me dejo otros casos. Sirvan estos para iniciar un recordatorio de forma que, según se aclara cómo los integrantes de la banda de ladrones lleva años saqueando el país, pueda verse también, con qué desprecio tratan a las víctimas.

A esta gente es a la que el PSOE de los golpistas y la caudilla Díaz ha entregado de nuevo el gobierno de España y, si pudieran, volverían a hacerlo.

dijous, 30 de març del 2017

Tangentopoli

Ayer era Mahagonny; hoy, Tangentopoli, el nombre que se dio al proceso de Mani Pulite en los años 90 en Italia en el que los jueces pusieron al descubierto una ingente trama de corrupción en Italia que afectaba a todos los partidos y un buen puñado de empresarios durante años. Se llamó a declarar a unos 4.000 políticos y los procesos dejaron claro que el sistema italiano estaba podrido. Era algo que sabía todo el mundo, pero los tribunales aportaron las pruebas. De hecho, el comienzo fue la detención de un capitoste del Partido Socialista, Mario Chiesa, en el momento de recibir un soborno de siete millones de liras. Así se abrió una crisis de la República que en realidad dura hasta hoy.

España, Madrid, sigue los mismos pasos. La Gürtel, la Púnica, agotarán los nombres de ciudades corrompidas y acabarán en Sodoma y Gomorra cosa que, según se sabe en qué empleaban los gurtélidos y púnicos sus beneficios, es muy posible. Juego, bebidas, comilonas, putitas de confianza. Es raro que no haya caído todavía una lluvia de azufre y fuego, o quizá lo haga en diferido.

A lo largo de su vistosa carrera politica, Esperanza Aguirre que, a veces, se pone en plan polémico solía rechazar lo que ella suponía que era la pretensión de la izquierda de poseer una superioridad moral. Tenía razón. Más de la que ella suponía. No parece que la izquierda pierda el tiempo sosteniendo esa tontería de la "superioridad moral", aunque siempre habrá alguno que lo haga. No existe la "superioridad moral". Existe la moral a secas. Y la inferioridad moral. El que miente, roba, abusa, despilfarra, soborna, falsea y, en general, delinque, está por debajo de la moral. Lo suyo es inferioridad moral frente a la moral sin más. Así, Aguirre se enfurece frente a la inexistente pretensión de superioridad moral de la izquierda porque ella tiene conciencia de su inferioridad. Es un punto de vista que la traiciona. Tanto como su modo de aparcar.

Durante su largo mandato, el gobierno de Aguirre no fue otra cosa que un patio de Monipodio de una corrupción bestial y descarada con los episodios más rocambolescos que quepa imaginar, como el caso de la Gestapillo o el del evanescente ático de Ignacio González, sucesor de Aguirre al frente de esta presunta banda organizada para delinquir. Hasta ahora y tras haber dimitido asegurando que se retiraba de la política, Aguirre ha salido personalmente indemne de las acusaciones de la red corrupta en su entorno. Comenzó afirmando que solo un par de nombramientos suyos le habían "salido rana" y un par de años después resulta que su mandato fue una charca rebosante de batracios.

Pero los últimos dscubrimientos en el proceso parecen involucrarla en la financiación ilegal de sus campañas electorales por cantidades abultadas. Millones de euros en dinero negro para que la lideresa obtuviera aquellas mayorías absolutas, como las de Rita Barberá en Valencia. Elecciones ganadas con trampa. Lo lógico sería anularlas, como se anulan las victorias de los atletas que se dopan.

Sin embargo, aquí, salvo los que ya están en la cárcel, no dimite nadie. Ni siquiera el presidente de Murcia. Tampoco Aguirre, literalmente hundida en la Gürtel que sostiene haber destapado. Y mucho menos, Rajoy, responsable político de este gatuperio.

dimecres, 22 de març del 2017

Rajoy responde a la carta de Puigdemont y Junqueras

Esta vez, Palinuro se ha ahorrado su semanal artículo y se ha limitado a transcribir una carta respuesta a la de El País que le ha enviado Presidencia del gobierno para publicación en algún periódico catalán. Y así, ha cedido su lugar para que el presidente responda a la carta de los gobernantes catalanes. Entre bromas y veras y con su peculiar forma de ver las cosas, Rajoy sintetiza el grueso de los argumentos del nacionalismo español en contra del referéndum. Aquí va la versión castellana:

Respuesta de Rajoy a la carta catalana.

Estimados presidente y vicepresidente: muchas gracias por su carta publicada en El País, diario de mi máxima consideración, aunque no tanto como El Marca. Proponen ustedes en ella por enésima vez un referéndum pactado, siendo así que ya les hemos avisado la vicepresidenta y yo que de referéndum, nada. Ni pactado ni sin pactar. Aquí no habrá referéndum. Cuando les ofrecimos iniciar un diálogo, llegando, incluso a abrir un despacho dialogante de la vicepresidenta en Barcelona, quedaba ya claro que el diálogo tenía como tope la unidad de España contra la que atenta su referéndum.

Insisten ustedes en argumentar el caso de Escocia como la única baza de que disponen para su desmesurada pretensión. Parece mentira que no se hayan dado cuenta de lo que he visto hasta yo: que Cataluña no es Escocia. Ni España el Reino Unido. En España un referéndum es ilegal y, por ende, inconstitucional. Sospecho que en el Reino Unido, también. Pero allí, con eso de que no tienen Constitución escrita se permiten ciertos lujos que no voy a calificar. En España, la ley se cumple. De eso estoy encargado yo por voluntad de los españoles, entre ellos muchos catalanes. La mayoría silenciosa y no hace falta contarla. Se ve en la calle. Resumiendo y para entendernos: no hay referéndum porque no.

No soy un legalista estrecho. Estoy dispuesto a reconocer el carácter político de sus pretensiones y a sentarme a negociar sobre ellas en el marco de la Constitución. Incluso a abordar la reforma de esta. Es el camino para las discrepancias políticas en un Estado de derecho. Lo que no sea eso será un golpe de Estado propio de fascistas, de lo cual sabemos mucho en el PP,y no lo toleraremos. Para las de derecho común, los tribunales ordinarios. La causas contra cargos públicos independentistas no lo han sido por sus ideas, sino por sus actos presuntamente contrarios a la ley. Que estos casos coincidan con independentistas es una casualidad.

En el marco de la Constitución me encontrarán ustedes. Propongan una reforma del texto del alcance que les plazca y, si se aprueba por los cauces debidos , podrán ponerla en práctica. Me dirán que eso es imposible y casi una burla, dado el carácter minoritario de Cataluña en el conjunto del Estado, pero esa es una realidad ajena a nuestras voluntades. Consigan apoyo mayoritario en España a su propuesta de reforma constitucional y no harán falta cartas.

Parecen haber pedido permiso al presidente del Senado, Pío García-Escudero para pronunciar la conferencia que ya han dado ustedes en otro lugar. Pío es autónomo, por supuesto, y él decidirá pero, si fuera yo, no la autorizaría por una razón de respeto a la cámara. Al Senado se va con un discurso original, nuevo, inédito, no con un refrito, ensayado para otros auditorios.

Afronten ustedes su responsabilidad como gobernantes de una Comunidad Autónoma y resuelvan los problemas de sus administrados, que no son de banderas. Son ustedes parte de esta gran nación que es España. Sean leales al esfuerzo común y sigan contribuyendo al engrandecimiento de nuestra patria. Todos los españoles están agradecidos a la solidaridad catalana y orgullosos de ser sus compatriotas. Y, para demostrarlo, visitaré Cataluña próximamente con un plan de inversiones en infraestructuras que siempre proponemos y nunca cumplimos porque sabemos que ustedes los catalanes se avienen a razones cuando se trata de dinero, sobre todo si es el suyo.

Lamento que el resumen de mi respuesta haya de contabilizarse en la columna del “no”. No ha lugar a negociar referéndum catalán alguno porque, como explica con su habitual brillantez la vicepresidenta, el gobierno no puede negociar con lo que no está en su mano conceder, que es saltarse la ley. Ni más ni menos. No es un desaire. Es una necesidad.

No hay otra vía pues cualquier otra apunta directamente a la legislación de excepción. Obviamente no queremos recurrir a ella por una cuestión de imagen. Pero, si ha de hacerse, se hará, y no nos temblará el pulso, pues contaremos con el apoyo de los demás partidos, PSOE y C’s, tan españoles como nosotros, aunque estén en la oposición. Estamos seguros de que la UE entenderá la necesidad de hacerlo. Y, si no fuera así, habiendo quedado todo “atado y bien atado” desde los tiempos de aquel caudillo cuya memoria quieren ustedes mancillar, sabremos prescindir de una Europa que no nos quiere como somos.

Al fin y al cabo, más se perdió en Cuba.


dissabte, 11 de març del 2017

Rol de patriotas

Son gente de abolengo y alcurnia, gente exquisita. Son nobles, ricos, poderosos. Poseen títulos, tierras, fábricas, empresas. Muchos de ellos han dado y dan lecciones en público de amor a España. Algunos habrán arengado a las tropas sobre lo bello que es sacrificar la vida por la patria. Otros presiden asociaciones caritativas en pro de los menesterosos, que también son hijos de Dios y españoles, nada menos. 

Todos ellos se desviven en el servicio a España. Están en el rol de patriotas que contienen los llamados papeles de la Castellana: los nombres de quienes se aprovecharon de la innoble amnistía fiscal de Montoro en 2012 por la que pudieron repatriar  sus fortunas ocultas en el extranjero, pagando una ridícula cantidad del 0,1 % de lo defraudado o algo así. Acerca de lo que esta lista significa, léase el artículo de hoy de Ignacio Escolar en Público, El filtrador de los Papeles de la Castellana merece una medalla, no la cárcel, y es que la policía, en lugar de detener a los presuntos delincuentes gordos (por otro lado patrióticamente amnistiados), ha detenido al presunto delincuente flaco, al filtrador de los papeles, que dice haber actuado por el bien común. 

Cosa evidente. Pero no para todos. Para los que mandan, el bien común no coincide con su Patria. Esta está en Suiza, en las Bahamas, en Panamá, en Trinidad y Tobago. En cualquier (lucrativa) parte que no sea este terruño lleno de desagradecidos y descerebrados que se creen que la ley es igual para todos y que quien defrauda debe ser castigado y no amnistiado. Pringaos que piensan y filtran papeles jugándose la cárcel. Enemigos de España. 

La amnistía de Montoro fue y es innoble porque, sobre perdonar el delito y dejarlo impune, se hizo por necesidad, no por justicia o conveniencia. En 2012 ya andaba por el mundo la  lista Falciani con los nombres de 130.000 posibles defraudadores al fisco en sus países, con cuenta en la sucursal suiza del banco británico HSBC. Y entre esos 130.000 habría muchos patriotas españoles o, según se mire, puros sinvergüenzas y ladrones. Era cuestión de tiempo que, saliendo los nombres a la luz, fueran denunciados, procesados y condenados... quizá a devolver lo defraudado, quién sabe si con una multa. Con la amnistía se evitaba ese horrible peligro: el dinerito defraudado repatriado (pues a fuer de patriotas llegan ya a repatriotas) a un coste mínimo y, venga, a seguir haciendo negocios, dando lecciones de amor a España, besando su bandera y leyendo El Marca

Sobre la Gürtel, la Púnica, los EREs andaluces, el caso Palau (pues la corrupción española es tan plurinacional como el país que esquilma) se alza esta corona resplandeciente de ilustres personalidades que van desde la familia real a las damas pías, pasando por los apandadores de las privatizaciones. La élite actual, que prosigue la patriótica labor de defraudar de la élite franquista y la de la IIª Restauración. Están muy por encima de banderías e ideologías, pero no de religiones, pues todos son fervorosos católicos de misa y olla, sobre todo olla de oro. Están por encima de los partidos, faltaría más, compuestos por correveidiles que generalmente meten la pata. 

Esta es la nación más antigua del mundo, según Rajoy que, como siempre, no sabe de lo que habla. Y, por cierto tampoco de lo que escucha. Ayer protagonizó otro de esos ridiculos en él acostumbrados, cuando un periodista británico le preguntó en rueda de prensa en Bruselas si podía hacerle una pregunta en inglés, a lo que el políglota respondió "Bueno, no, hombre" y pasó al siguiente. Para la próxima dígaselo en inglés: "Well, no, man". Parece difícil, lo sé, pero no lo es.

La gran nación está gobernada, como si de un cortijo se tratara, por el PP respaldado por sus ocho millones de votos. En España hay 34 millones de electores y esos ocho millones representan el 23% del electorado. No llegan ni a la cuarta parte. Votantes efectivos la última vez, 24 millones, y los ocho representan el 33,3%, o sea, la tercera parte de los votantes. Pero gobierna casi como si tuviera la mayoría absoluta de su Xª legislatura. Con sabia y prudente ayuda del PSOE, desde luego. Haciéndose el hara-kiri, el PSOE aseguró que este sistema corrupto de la cabeza a los pies no estallara en unas terceras elecciones. Y ahora, sus militantes, un puñado de izquierdistas, no quieren reconocérselo. Pero de esto hablaremos en otro momento.

Aquí lo esencial es preguntarse por qué España puede estar (des)gobernada por un partido corrupto con el 33,3% de los votos emitidos, que toma medidas radicales, muchas de ellas irreversibles y Cataluña no puede estarlo por una mayoría parlamentaria absoluta que representa el 47,74% de los votos emitidos en las últimas elecciones.

Lo que está claro es que la base de legitimidad del Estado y el gobierno españoles frente al independentismo catalán es inexistente. Quizá por eso comienzan a oírse voces que piden la aplicación del estado de excepción en Cataluña.

Para variar.

divendres, 10 de març del 2017

Lecciones de corrupción

Los analistas políticos tienen un motivo más de agravio con el PP y su jefe, Rajoy, pues los están dejando sin trabajo, que pasa a los cronistas de tribunales. La política en España hace años que se ventila en procesos judiciales de todo tipo. Ahora se añaden los juicios políticos contra el independentismo catalán para echar más picante al guiso. El Parlamento no cuenta y el gobierno tampoco y, cuando cuenta, es por otro punto de escándalo, como el reciente decreto aprobado por el Consejo de Ministros presidido por Rajoy y en el que eliminaban unos cuantos registros de la propiedad de España, entre ellos el de Santa Pola II, el directo competidor de Rajoy. ¿Política? Todo lo que tenga de política el juzgado de guardia.

El último giro judicial de la Púnica que enlaza con la Gürtel muestra que el gobierno de la Comunidad de Madrid era un lodazal de corrupción desde el primer momento. Y ahí está Esperanza Aguirre diciendo ser la primera víctima de la corrupción. La que aseguraba haber destapado la Gürtel. La que dice cualquier cosa con su habitual altanería e impaciencia, como si presidir durante años un gobierno corrupto hubiera sido un castigo y no una decisión suya que renovaba con campañas electorales financiadas ilegalmente. Es pasmoso que alguien con ese historial (o es tonta o es corrupta o ambas cosas a la vez) ose salir a los medios regañando a todo el mundo, perdonando la vida a los demás y muy ofendida de que se ponga en cuestión su integridad. De su eficacia ya no habla. 

Es un comportamiento colectivo de la asociación de presuntos malhechores a la que llaman partido político: dar lecciones de lo contrario de lo que ellos practican. Cospedal pone en guardia ante las intenciones totalitarias de Podemos en relación a los medios. Eso lo dice desde la altura moral que proporciona haber tenido a Nacho Villa de jefe de televisión de Castilla La Mancha durante cuatro años. 

Rajoy quiere boicotear a toda costa la comisión de investigación sobre la caja B del PP (esa que no constaba, ni consta ni constará a Aguirre) y amenaza con otra para investigar la financiación de todos los partidos en el Senado, en donde tiene la mayoría absoluta que le falta en el Congreso. Al margen de otras cuestiones, ¿no es obvio que tratar de impedir una comisión de investigación sobre la caja B del PP equivale a reconocer su existencia? La caja B con la que se han financiado elecciones fraudulentas, pagado sobresueldos a los dirigentes de la asociación, con Rajoy a la cabeza, y perpetrado quién sabe cuantas fechorías más. No importa: ellos saben como nadie que es mejor no remover el pasado. Y así lo dicen. 

Lo que parece haber sucedido es que esta asociación, fundada por un exministro de Franco y llena de franquistas reciclados o sin reciclar, viéndose con mayoría absoluta ya en época de Aznar II y, por supuesto, en la de Rajoy I, se lanzó de lleno a su destino en lo universqal: robar. Pero olvidó algo: en tiempos de Franco se robaba impunemente porque no había prensa. Aquí el caso es distinto y, aunque a trompicones y con unos medios comprados y/o amordazados, los delitos del poder salen a la luz y, aunque a trompicones y con muchos palos en las ruedas, la justicia avanza. Así que no es descartable que en un futuro cercano Rajoy sea llamado a declarar en el proceso de los papeles de Bárcenas, en los que figura como receptor de cuantiosos sobresueldos durante largos años. 

En todo caso, este es el gobierno que debe gestionar la mayor crisis constitucional de España desde la Transición. Quizá desde antes.


dijous, 9 de març del 2017

Hay que ilegalizar a esta banda de ladrones

Y proceder judicialmente contra su responsable, Mariano Rajoy, presidente del gobierno, que, al parecer, estuvo años cobrando sobresueldos con cargo a esa caja B del partido a donde iban a parar las mordidas, se dejó pagar viajes y trajes por la Gürtel y tiene a su padre dependiente a cargo del erario mientras niega las ayudas a los demás dependientes. O sea, un personaje inmoral y puede que presunto delincuente al frente del gobierno desde hace más de cinco años.

Un quinquenio que corona la etapa de mayor corrupción de la historia de España desde la Transición. Porque, al parecer, no era solamente Rajoy quien cobraba los sobresueldos, sino una nutrida representación de cargos y dirigentes del partido que se repartían así entre ellos una cantidad importante de los caudales que los empresarios pagaban a cambio de contratas públicas y con el objetivo último de financiar ilegalmente el PP. Una orgía de dinero sucio que se canalizaba por diversas vías, por ejemplo, la Fundación FUNDESCAM, juguete preferido de Esperanza Aguirre y el presidiario Díaz Ferrán, gran amigo suyo. Esa financiación ilegal servía para los sobresueldos, para pagar las campañas electorales del PP (cuyos resultados debieran anularse por haberse obtenido con trampas, con tongo) y, sin duda, también para comprar voluntades en los medios y hasta los mismos medios.

Y así, gracias a la mayoría absoluta del PP en la Xª legislatura, la injerencia permanente en la administración de justicia y el control de los medios, España se ha convertido en el país de la corrupción, mientras la gente pasa necesidades, o no tiene para comer y los niños van a clase en barracones.

Varios jueces consideran el PP como una presunta asociación para delinquir. Con las nuevas revelaciones en sede judicial quizá pueda empezar a considerársele como un ejemplo de delincuencia organizada. Un partido sin ideología oficial (porque el neofranquismo no puede confesarse en público) cuyo único objetivo es conseguir el poder para saquear el erario, malversar, malvender lo público a los amigos del sector privado esgrimiendo filosofías neoliberales mientras captura el Estado y lo esquilma.

Hay que recordar a Aznar afirmando en 2010 que el PP era incompatible con la corrupción. Calíbrese la sinceridad del amigo: Rodrigo Rato había sido ministro de Hacienda y luego vicepresidente del gobierno con él y ya por entonces, según parece, era un corrupto. También merece la pena recordar a Mariano Rajoy en 2009 rodeado de la plana mayor del PP, en la que ya había varios corruptos, afirmando muy serio que la Gürtel no era una trama del PP sino una trama contra el PP. Así, con todo el morro.

Y ahí sigue de presidente del gobierno, gracias al PSOE, por cierto. Gobernando como si todavía tuviera mayoría absoluta y haciendo lo que le da la gana. Ya veremos qué pasa con esa comisión de investigación en el Congreso que no les ha quedado más remedio que exigir a los partidos de la oposición, PSOE, Podemos, C's. 

Los nuevos datos vinculan la Gürtel con la Púnica, eliminan la prescripción de muchos presuntos delitos al establecer su continuidad entre 2004 y 2011, dibujan una actividad delictiva permanente, especialmente en la Comunidad Autónoma de Aguirre/González y en el pináculo de todo ello, como responsable político, sitúan a Mariano Rajoy. 

Es insólito que este hombre sea presidente del gobierno.  


dissabte, 4 de març del 2017

En España rige el antiguo régimen

A mediados del siglo pasado se encendió una polémica en la historiografía acerca de si en España había habido revolución burguesa en el XIX, como en otros países. La abría Jordi Nadal con su tesis del fracaso de la revolución industrial en España; la polémica llenaría lo que quedaba del siglo XX y por aquí sigue, más o menos como siempre. Hay razones a favor y en contra. Y hay datos, aunque también la tendencia a interpretarlos según las previas razones. Será la conclusión que se quiera pues, al fin y al cabo, las interpretaciones son libres, pero hay algún hecho que merece cierta consideración.

La Revolución francesa se ha alzado como símbolo universal de la revolución burguesa sin serlo en absoluto pues son previas la independencia de Holanda, la revolución inglesa del XVII y la independencia de los Estados Unidos. Con todo, son los franceses quienes universalizan el mandato de abolir el antiguo régimen en favor de la nación. El antiguo régimen se caracterizaba por ser un Estado en el que el clero y la nobleza no pagaban impuestos que recaían todos en las clases burguesas y con rasgos de exacción en las campesinas. Las clases dominantes vivían en el privilegio y a costa de una población trabajadora que no solo no tenía privilegios sino que no tenía derechos. Los súbditos estaban expuestos a la arbitrariedad de los señores.

Más o menos, la situación actual en España. La Iglesia no solamente no paga ningún gravamen sino que recibe una elevada asignación de los presupuestos generales del Estado y, además, realiza numerosas actividades mercantiles por cuyos beneficios tampoco paga impuestos. Ello le permite financiar unos medios audiovisuales de propaganda, que son deficitarios, pero cumplen su función. Sin contar con el negocio de la enseñanza concertada, también a costa de los dineros públicos y, sobre todo, de la educación pública. La Iglesia en España es un Estado dentro del Estado, en una actitud de permanente beligerancia contra la ampliación de los derechos civiles de la gente y el avance en todos los terrenos de la actividad científica. Y siempre a cuenta del erario. La liberal Aguirre financió la fundación ultrarreaccionaria Hazte Oír con los fondos de la Agencia de Cooperación e Inmigración. Este es el problema: el Estado dentro del Estado vive de parasitar el Estado. 

Junto a la Iglesia, los nobles y los ricos en general tienen un tratamiento fiscal cercano a la gratuidad. Solo con recordar que las rentas del capital tributan menos que las del trabajo está dicho todo. Y eso cuando tributan, que también suelen tener sus dineros en los paraísos fiscales o en alguna SICAV, de esas que permiten pagar a Hacienda el 1% que es como no pagar nada. Y la oligarquía española, siempre nacionalcatólica, hace lo que le da la gana con el Estado. Lo esquilma, lo pone a su servicio y el de sus allegados y clientes en general. Para el personal a sus órdenes, el servicio al Estado es una forma de enriquecimiento personal, licito o ilícito.  

Es decir, el país lo mantienen los trabajadores, los únicos que pagan impuestos y lo bendicen y gobiernan los que no los pagan. Y no solamente eso sino también los que, mientras bendicen y gobiernan, roban a manos llenas. Y lo hacen sabedores de que después hay un generoso régimen de privilegios y hasta hace nada de indultos a los correligionarios que hubieran sido pillados y condenados. En cuanto a los privilegios, que son como marcas de fuego de la desigualdad incrustadas en la dignidad de la ciudadanía, abundantes casos: la infanta  Cristina absuelta no porque sea inocente en el sentido penal sino porque lo es en el del 28 de diciembre, cosa que no debiera constituir eximente; su marido, condenado a seis años no ingresa de momento en prisión y puede ir a vivir a Suiza;  Blesa y Rato, condenados en principio por estafadores, tampoco entrarán de momento en la cárcel porque ambos son personas cabales, unos caballeros que afrontarán sus responsabilidades, si llegan, y no unos vulgares rateros capaces de poner pies en polvorosa, quién sabe, quizá a Suiza.

Exención fiscal, impunidad, desigualdad, privilegio, latrocinio. Y todo consentido porque la gente vota mayoritariamente al partido más típico del antiguo régimen

El misterio del Discurso de la servidumbre voluntaria.

divendres, 3 de març del 2017

Un gobierno bajo sospecha

La costumbre democrática, desconocida en España, de dimitir ante las irregularidades cometidas, tiene la ventaja de ahorrar a los países la vergüenza de estar gobernados por gente que gasta más tiempo en las estrategias procesales en su propio provecho que en las políticas en provecho de la comunidad. Aquí no dimite nadie. El resultado es un gobierno al que ahora se le abre un segundo frente judicial a través de la caja B de Bárcenas. Una situación en que no es descabellado que alguna parte pida la comparecencia de Mariano Rajoy. Ya ha sucedido, pero sin resultado de momento.

De aquí puede salir cualquier cosa. Correa tiene ya una condena de 13 años y si no acorta lo que se le viene encima, van a darle las uvas del siglo en la trena. La cuestión es quién cae si Correa habla. 

Este clima general de cuentas judiciales por el gran latrocinio perpetrado en el país en los últimos años abarca todas las instituciones, estamentos y partidos. La historia de los procesos Noos, Gürtel, Púnica, etc., etc., es la historia de la corrupción en España. La corrupción, el privilegio, la impunidad, la injusticia. Este gobierno, el reino del clientelismo más desaforado, es seguidor de los anteriores de su partido que entiende el Estado como un cortijo con el que hace lo que quiere. 

Los tribunales, por otro lado, están empeñados en una batalla politica (ellos dicen que jurídica) en contra del independentismo catalán. Lo hacen instigados por este gobierno en el tiempo que le queda después de comparecer ante los otros tribunales por presuntos delitos comunes. 

dimecres, 22 de febrer del 2017

El referéndum

Aquí el artículo de Palinuro en elMón.cat de hoy, titulado, 46/45. 46, las propuestas de Puigdemont de hace un año para debatir en La Moncloa; 45 las que La Moncloa está dispuesta a negociar un año después. No es rápida La Moncloa. Y la diferencia, la propuesta cuadragésima sexta, que el gobierno central excluye expresamente, es la del referéndum. Es decir, no hay, no puede haber diálogo.

Seguramente entre los cientos de asesores de que dispone Rajoy, todos cobrando una pasta de nuestros bolsillos, alguno le habrá dicho lo obvio: el referéndum es insoslayable. Aunque la comisión (supongo que se nombraría una comisión) negociadora alcanzara acuerdos en las 45 cuestiones de marras, el resultado habría de someterse a referéndum en Cataluña. No hemos llegado hasta aquí para que una reunión de sobremesa sustituya la voluntad democrática de los catalanes. Así que no se entiende el encabezonamiento de Rajoy salvo por un atavismo imperial muy típico de esta derecha reaccionaria: cualquier desacuerdo, discrepancia, se convierte en un asunto de principios enfrentados a muerte. Por eso lleva el Estado español cuatrocientos años de imparable decadencia.

Aquí la versión en castellano:

46/45

Hace algo menos de un año, en abril de 2016, Puigdemont se personó en La Moncloa con un repertorio de 46 cuestiones pendientes de tratar entre la Generalitat y el gobierno central, el doble de las que había ofrecido negociar a su vez Artur Mas el año anterior. Ambos presidentes recibieron el acostumbrado y arrogante “no” mesetario envuelto en la retórica flamígera del caduco imperio a cuenta de que una de las cuestiones era el referéndum: no se puede negociar con la soberanía del pueblo español.

¿Acaso no coinciden Rajoy y Felipe González en ese punto falaz de la soberanía innegociable del pueblo español? En ese y en muchos otros, pero ese es aquí decisivo porque explica por qué el nacionalismo español no se divide entre izquierdas y derechas. Es siempre de derechas. El de izquierdas, también.

Meses más tarde, en diciembre de 2016, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría admitía que el gobierno podía hablar de 45 de las 46 peticiones catalanas. Fuera quedaba la cuadragésimasexta, que no podía ni pronunciarse: el referéndum. De empeñarse en ello la parte catalana, no habría ningún diálogo. Y ese es el espíritu que destila la actitud actual del gobierno central: negociar sobre 45 de las 46 cuestiones, dejando aparte expresamente el referéndum que es precisamente la propuesta que da sentido a la posición de la Generalitat y constituye su fortaleza. Cosa, por cierto, que podría haber ofrecido ya hace un año de ser menos lento y algo más responsable.

Al final, por tanto, el gobierno se sienta a negociar a regañadientes, con un año de retraso y con imposiciones, como siempre. Pero lo hace. Los que no querían ni empezar a hablar han acabado comprendiendo que escenifican algo o la hoja de ruta catalana, en la que nunca han creído, va a barrerlos a ojos de la opinión pública internacional. La misma asustada sospecha de los socialistas que han pasado a hablar de “plurinacionalidad” de España pero tampoco quieren oír hablar de referéndum catalán.

Para disimular su insostenible posición, el gobierno ha conseguido ya que su Tribunal Constitucional, el órgano que actúa a sus dictados, haya anulado la decisión del Parlament de convocar el referéndum. De este modo, se sitúa fuera de la ley cualquier medida de las instituciones catalanas en prosecución de la hoja de ruta y se posibilitan más actividades represivas. De hecho, el TC ya ha instado a la Fiscalia a que afine una segunda causa penal contra Carme Forcadell, presidenta del Parlament.

En estas condiciones la oferta de diálogo y entendimiento del gobierno español es una farsa dentro de su acostumbrada política de amenazas. A los efectos ha soltado también a sus voceros, pregoneros e intelectuales orgánicos de todo el espectro político para que exijan perentoriamente medidas contundentes. Si hace una fechas, Vidal Quadras recordaba que, cuando no se respeta el Estado de derecho (el Estado de derecho de la derecha española que ni tiene derecho ni, en el fondo, es un Estado) las cosas se resuelven por la violencia, su correligionario, Albiol, escenificaba gráficamente la amenaza pintando un futuro –que él decía querer evitar- con el ejército de desfile por la Diagonal. Menos belicosa la izquierda prefiere asustar por la vía administrativa y penal, y Guerra habla de suspender la autonomía con el artículo 155. El mismo artículo que invoca ese aparatoso prohombre, intelectual orgánico de la transición, Juan Luis Cebrián. El último cachorro del franquismo mediático, le añade un toque paramilitar hablando de la Guardia Civil, para cerrar el círculo con los escandalizados prohombres de la derecha.

En el fondo, quien mejor representa este espíritu de nacionalismo español por encima de sus tenues banderías es José María Aznar, que considera pusilánime toda intención dialogante del gobierno central con la Generalitat. El mismo Aznar que entregó el 15% del IRPF a la Generalitat a cambio del voto de Pujol a su investidura. Una concesión que evidencia el fondo real de la intención del nacionalismo español, especialmente el de derechas: está dispuesto a trocear España a cambio del mantenimiento de su privilegio sempiterno de gobernar lo que quede de ella. Lo que diferencia el independentismo catalán del nacionalismo español, sobre todo el de derechas, es que este último no cree en lo que dice defender.

Los franquistas salen del armario

Ya iba siendo hora de que Cebrián dejara de engañar y reconociera expresamente lo que es: un franquista. Lo hace introduciendo una inverosímil gradación: su familia era franquista, pero no tanto como la de Aznar. Pura miseria. El franquismo es un modo de ser, de pensar y de hablar. Puede que haya alguna distancia entre un hijo de un franquista y otro, pero será siempre mucho menor que la que haya entre cualquiera de estos dos y una persona normal de la calle. Porque ¿qué define el franquismo? Desde luego, hubo y hay franquistas muy variados: algunos eran monárquicos, otros sindicalistas, otros católicos, otros ateos, unos aristócratas, otros plebeyos. Pero todos, absolutamente todos, daban por buena una farsa de Estado regido por un puñado de delincuentes que impuso la arbitrariedad, la ley del más fuerte como el ordenamiento jurídico y definió toda la vida social en función de sus parámetros católicos, autoritarios, despóticosy conformistas. Todos los franquistas piensan que su idea es la única válida y las demás deben someterse, silenciarse o suprimirse.

El caso de Cebrián lo ilustra muy bien. Probablemente no sea tan estúpidamente fascista como Aznar, pero fue un enchufado del régimen anterior (director general de algo, ya se sabe) y sirvió inasequibla al desaliento. Luego tuvo que echarse una pátina de demócrata, para engañar a su jefe, Jesús de Polanco y a fe que lo consiguió porque lo ha reemplazado en el puesto de mando, aunque para poner El País al servicio de la derecha. No es tan reaccionario como Aznar, pero está lejísimos de tener una actitud de apertura mental y respeto por lo que no sean sus manías, aceptable en una sociedad moderna. Su idea de que la memoria histórica es admisible, pero no una ley que la consolide, afiance y haga productiva revela el fascismo disfrazado de buena conciencia de esta caterva de hijos de los vencedores de la guerra. ¡Estaría bueno que no le pareciera bien que la gente tenga memorias! Solo falta a estos siervos ponerse a decidir lo que la gente pueda pensar o no. No quiere Ley de la Memoria histórica porque, en el fondo, como todos esos mansos historiadores del olvido lo que trata es de conseguir que las víctimas y sus allegados no protesten, que se resignen, que se callen, para que ellos puedan seguir disfrutando de su posición de gente abierta y democrática.

En cuanto a Cataluña, el fascismo le sale a Cebrián por la orejas. Nada de independencia, nada de consulta o de referéndum. Como el caudillo Franco. Palo y tente tieso: los independentistas a los tribunales. Y, si hay que enviar a la Guardia Civil para meter en cintura a los independentistas, s la envía. Su idea de España es la única válida y quien proponga otra (o ninguna) que se atenga a las consecuencias. No hay diferencia alguna entre Vidal Quadras, Albiol, Alfonso Guerra y Juan Luis Cebrián. Todos creen que someter por la fuerza a los catalanes, inhabilitar o encarcelar a sus dirigentes, suprimir sus instituciones, quebrantar sus derechos es lo que debe hacerse. Exactamente igual que Franco

dijous, 16 de febrer del 2017

La realidad paralela

El viejo adagio latino de verba volant, scripta manent no se cumple en el caso del gobierno del PP en el que los escritos también vuelan, desaparecen, se hacen invisibles. El ministro no encuentra los informes paralelos de la policía sobre el 11-M, el caso Faisán y el asesinato de Marta del Castillo. Ya es misterio. Con el caso Faisán, los medios de la derecha tuvieron agobiado al gobierno de Zapatero y su ministro Rubalcaba; con el 11M tuvieron agobiado al país entero dando pábulo a las hipótesis más delirantes; no sé qué perseguirían con el de Marta del Castillo pero alguna otra maniobra sucia.

Porque desde que llegó la pareja de lunáticos, Fernández y Cosidó, al mando de Interior, los asuntos de esta competencia dieron un giro siniestro, autoritario, represivo. Su culminación jurídica llegaría con la Ley de Seguridad Ciudadana, mejor conocida como Ley mordaza porque constituye un ataque en toda regla a los derechos y libertades de los ciudadanos, singularmente la libertad de expresión y las de reunión, circulación y manifestación. Una ley que pretende convertir a los ciudadanos en vasallos silenciosos. Pero ya desde el comienzo, el dúo arrancó a velocidad de crucero, creando una "brigada paralela" que Zoido acaba de disolver y era una especie de brigada político-social al servicio del gobierno.

La afición del ministro del Interior por valerse de todos los medios imaginables para hostigar y perseguir a los políticos de otras tendencias solo es comparable, al parecer, a su pasión por condecorar vírgenes o mandar a la Guardia Civil de peregrinación a Lourdes.

Hay pendiente de apertura en el Congreso una comisión de investigación sobre la gestión de Fernández Díaz. No es posible que no haya responsabilidades por la froma de resolver el problema de El Tarajal; tampoco por los informes falsos filtrados a la prensa para desprestigiar al entonces alcalde de Barcelona, Trías; tampoco por la grabación de las conversaciones del ministro con un subordinado en las que complotaban para imputar falsedades a los adversarios y destrozar su sistema sanitario; tampoco por el culebrón de la grabación de La Camarga que destapó el caso Pujol.

Rajoy habla siempre de la obligación de cumplir la ley. Esto tiene su miga, aunque no hace ahora al caso. Lo que, sin embargo, no menciona es que las fuerzas de hacer cumplir la ley están dirigidas por un personaje por debajo de toda sospecha. Por ejemplo, la de que ha estado utilizando las fuerzas de seguridad del Estado en beneficio de su partido.

dimecres, 15 de febrer del 2017

Gobernados por delincuentes

Ayer ingresaron en prisión los primeros delincuentes de la Gürtel, Correa, el Bigotes, Crespo, etc. En ella se encuentran otros peperos no menos sinvergüenzas, como Matas o Fabra. Y en el próximo futuro se unirán bastantes más, según vayan viéndose los casos pendientes en los que el PP, una supuesta asociación de malhechores, tendrá que ir respondiendo de sus tropelías y latrocinios a lo largo de los últimos años. Años en que España ha estado gobernada en todos sus niveles por presuntos delincuentes que poco a poco van dejando de ser "presuntos" para convertirse en ladrones sin más. Una situación de escándalo permanente a la que se ha llegado porque, a base de financiarse ilegalmente, el PP ha ganado elecciones que, en realidad, habría que considerar nulas. Sin embargo Mariano Rajoy, representante de esta cuadrilla de facinerosos y a su vez acusado de llevar años cobrando sobresueldos ilegales de la caja B del partido, afirma que la corrupción quedó atrás, cuando la lleva él pegada a sus zapatos, y que es su gobierno el que más ha luchado contra ella, cuando es el que la ha amparado y protegido. 

Contra la corrupción lucha y sigue luchando ejemplarmente el pueblo rumano que ha obligado al gobierno a retirar el decreto que pretendía poner en la calle a cientos de corruptos encarcelados. Ha sido el resultado de manifestaciones multitudinarias y permanentes que ahora tratan de conseguir también la dimisión del gobierno socialdemócrata por su complicidad con la corrupción.

¿Podría pasar algo similar en esta país, gobernado por un partido corrupto con multitud de dirigentes bajo sospecha, acusados o condenados por corrupción? Seguro que no por el grado de resignación apática de la población y la complicidad de los partidos de la oposición según sosteníamos en otro post, cómo hemos llegado a esto. Al contrario, lo que cabe esperar de un gobierno del PP es que en poco tiempo indulte a los delincuentes condenados, como tiene por costumbre. Forma parte de su modus operandi, para dar seguridad a los malhechores en sus filas: "vosotros robad que luego os indultamos". La mafia es siempre solidaria y el partido gobernante en España es lo más parecido a la mafia.

Precisamente para evitar esta práctica, el Congreso estudiará una proposición de ley del grupo socialista que prohibirá los indultos a los delincuentes por corrupción y violencia machista. Todos los grupos parlamentarios apoyan la idea con la que, sin duda, simpatiza la gente en general. Luego llega la letra pequeña: para que se note bien la voluntad regeneracionista de los gobernantes peperos ayer mismo el gobierno indultaba a seis funcionarios del ayuntamiento de Rota condenados por prevaricación. Innecesario decir nada más.

En realidad, lo que el PP ha establecido en España, ya desde los tiempos de Aznar, es un gobierno de rapiña y expolio por partida doble que también ha tocado al PSOE: a) en el orden colectivo, la política neoliberal ha consistido en privatizar todas las empresas que se ha podido (energéticas, telecomunicaciones, etc.) para entregárselas a los amigos quienes, a su vez, supieron recompensar a los políticos privatizadores con suculentos salarios, como el propio Aznar, González y una recua de aprovechados que se han forrado a costa de los contribuyentes y los clientes de las empresas. También han descapitalizado y destruido los servicios públicos no privatizados (singularmente sanidad y educación) para que se lucren otros amigos o ellos mismos; b) en el orden individual, barra libre para que los cargos, militantes y allegados del PP (o del PSOE en Andalucía) roben a manos llenas, malversen, prevariquen y se enriquezcan también a cuenta del contribuyente.

A veces ambos órdenes están entremezclados. Algo de eso hay en la imputación de la cúpula del Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores. ¿O no eran estos, especialmente el ínclito MAFO, los que remachaban de continuo la doctrina neoliberal de congelar o recortar salarios, subvenciones y vetajas del Estado del bienestar; los que con salarios estratosféricos pedían que no se aumentara el salario mínimo? En qué medida también se beneficiaron de los presuntos delitos de Bankia personalmente es algo que ahora tendremos ocasión de averiguar, gracias a la reapertura de un proceso que otras instancias judiciales, más afines al PP, intentaron bloquear.

Dos imputaciones más esperan en puertas, aparte, por supuesto, de las que seguirán cayendo porque, con el PP, España es un país gobernado por delincuentes presuntos o sin presumir. Un país en el que un hombre como Rato pudo ser vicepresidente del gobierno y, mientras se enriquecía al parecer ilegalmente, cultivaba el mito de ser "el milagro español" es, literalmente, un país gobernado por ladrones. Las dos imputaciones que aguardan son las del presidente del PP de Murcia y la del alcalde también del PP de Brunete. Pero vendrán más, muchas más. Y eso que todavía no hemos hablado de la parte que toca a la Iglesia católica en este desbarajuste.

Pero aquí no dimite nadie, empezando por el presidente del gobierno, principal responsable y presunto beneficiario y cómplice de esta realidad de robo, saqueo y corrupción que es hoy España. 

Zafarrancho de combate

Aquí mi artículo de hoy en elMón.cat titulado así, Zafarrancho de combate, aunque en catalán, Xafarranxo de combat y versa sobre lo que ya es evidente. En el congreso a la búlgara del PP este, que no se da por enterado de las recientes condenas a docenas de años de cárcel de algunos dirigentes suyos y otros delincuentes en la Gürtel de Valencia, marca las líneas a seguir en la política española. Lo de líneas es un decir poque se limita a un solo y grueso trazo: aquí no se mueve nada; todo marcha satisfactoriamente; las reformas del PP dan resultado y no se cambiarán, diga lo que diga la gestora del PSOE compuesta por auténticos peperos disfrazados de socialistas y encabezados por esa vergüenza hispana de una caudilla rociera. 

En lo referente a Cataluña que hace apenas dos o tres años no existía en los cálculos políticos del nacionalismo español (del PP y del PSOE) y hoy resulta ser el único problema grave en España, el congreso también ha sido explicito: nada de acuerdo, de negociación, de pacto con el independentismo catalán. Hasta el simulacro de diálogo que invocó hace unas fechas la ratita hacendosa, vicepresidenta del gobierno, ha quedado reducido a unos contactos esporádicos y sin contenido con las autoridades municipales.

El resto: cerrazón oficial y persecución de independentistas por medio de los tribunales, como si la cuestión de la autodeterminación de Cataluña fuera un problema de orden público.

Aquí, la versión castellana del artículo:

Zafarrancho de combate
                                                                                                              
El Congreso de fin de semana del PP, a diferencia del de Podemos, venía marcado por el signo de la unidad. Por si esta fuera poca, se reforzó señalando un enemigo exterior, cosa que aun une más: el independentismo catalán. Desde el comienzo se entonó el himno de la igualdad de todos los españoles, un principio que no se invoca nunca frente a vascos y navarros pero sí frente a catalanes, lo que da una idea de su equidad.

Para la encendida arenga final de Rajoy quedó recordar la obligación universal de acatar y obedecer la ley (la que estableció su partido legislando arbitrariamente merced a su mayoría absoluta). Se añade magnánimamente que cabe reformar la Constitución pero eso es algo que también deben decidir todos los españoles. Los españoles siempre van de todos. Ni mención al hecho de que ese todos contiene un agravio estructural a los catalanes que siempre serán una minoría en él, sometida a la tiranía de la mayoría. Otra vez un asunto de equidad que es justamente lo que trata de resolver la convocatoria de un referéndum.

Nada nuevo, ciertamente. Un discurso para levantar ánimos entre los suyos y cerrar filas. Pero con un lenguaje duro, casi provocativo, como diciendo: “independentistas, aquí no se mueve nada”. Lo resumía con inefable silogismo la vicepresidenta hace unos días: “no habrá referéndum porque España es una democracia.” Carece totalmente de sentido, pero también carece que hablen de democracia y Constitución los miembros de un partido fundado por un ministro de Franco y en el que militaban también algunos que votaron contra esa misma Constitución.

Dureza e intransigencia que denotan espíritu de confrontación. Tras dejar claro que no hay negociación posible (porque con la soberanía del pueblo español no se mercadea), se cavan trincheras y se toman posiciones en zafarrancho de combate. Por si acaso, los intelectuales y juristas orgánicos del régimen como aves rapaces, incitan al empleo de la legislación de excepción sin más dilaciones.

Hasta la oferta de “diálogo” que encabezó la vicepresidenta y no pasó de ser una apuesta retórica ha sufrido una nueva rebaja. Sáenz de Santamaría parece entender el diálogo en asuntos meramente administrativos con las autoridades locales, dado que de asuntos de soberanía no cabe hablar. Es obvio: un cierre de posiciones a la espera de la reacción del bloque independentista.

Para avivar más el conflicto, el Estado mantiene la política de judicialización y no está dispuesto a paralizar la política represiva. Tampoco se molesta gran cosa en disfrazar de acción jurídica un proceso que es eminentemente político, como quedó suficientemente demostrado en las sesiones de la comparecencia de Mas, Rigau y Ortega, caracterizadas por una evidente animadversión del tribunal y la fiscalía. Como político será el proceso que se prepara contra la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Político y con un alto contenido simbólico.Y tal parece ser la nueva orientación en esta línea del frente. Basta con ver a quién han propuesto como presidente del Tribunal Constitucional, un ultraconservador, miembro del Opus y con diecisiete años de diputado del PP en el Congreso. Nadie puede pensar en serio que esta cacicada contribuya a restablecer los inexistentes prestigio y autoridad del Tribunal Constitucional, cada vez más claramente concebido como un órgano político dirigido contra el independentismo catalán.

Es de prever que, dentro de la lógica de la confrontación, la cerrada negativa del gobierno, alentará las posiciones de los sectores más radicales del independentismo, que pedirán adelantar la convocatoria del referéndum.  Responder al zafarrancho con otro zafarrancho, una posibilidad que puede acabar convertida en una necesidad. En ese espíritu habrá que entender la afirmación de Puigdemont con motivo del día de la radio, de que bien pronto se escuchará por este medio la proclamación de la independencia de Cataluña.

La legitimidad de la hoja de ruta es tan incuestionable como su inevitabilidad. El bloqueo de la situación aconseja acortar los plazos por cuanto mantenerlos significa entrar en el juego de desgaste de acción/reacción de un Estado sin proyecto que solo trata de ganar tiempo mediante el uso torticero de una legalidad de parte. 

dimarts, 14 de febrer del 2017

¿Cómo hemos llegado a esto?

Mientras Rajoy era reelegido presidente del PP por mayoría búlgara, en Valencia caía una cascada de años de cárcel a algunos de los principales de la Gürtel, Correa, el Bigotes, una exconsejera del gobierno de Camps, etc., todo galaxia PP, primer partido en comparecer como acusado en un proceso penal. Y no un partido cualquiera, sino el partido del gobierno. El partido del presidente reelegido por aclamación y cuya comparecencia en otro procedimiento penal vuelve a solicitarse para que aclare su relación con la caja B de su organización de la que, supuestamente, cobraba unos sobresueldos, acusación que no se ha refutado, que yo sepa y que debería haber supuesto su dimisión fulminante desde que se conoció el cambalache.

La corrupción generalizada no se reduce a estos casos. Ayer mismo, al tiempo que el partido, comparecía en la causa la exministra de Rajoy, Ana Mato, quien trató de hacerlo prácticamente incógnito y resultó no saber ni recordar nada, como siempre. Hace un par de días, también, se sabía que Rodrigo Rato, exvicepresidente del gobierno de Aznar venía al parecer defraudando a Hacienda desde desde 2004 a 2015. Métanse en un saco, por no hacer el relato interminable los múltiples casos de otros cargos, cargazos y carguillos del PP que llevan años deleitando las sobremesas televisivas: Camps y sus trajes; Matas y su palacete; González y su ático; Fabra y su aeropuerto para peatones; Granados y la Púnica; Barberá y su Ayuntamiento. Añádanse también sendos procelosos elencos de otros acusados de corrupción en la rama valenciana y, sobre todo, la madrileña, poblada de personajes curiosos.

Rancho aparte ha venido teniendo el increíble caso Bankia, protagonizado por el no menos increíble amigo de pupitre de Aznar, Blesa, aficionado a los safaris, como Hemingway. Una estafa de proporciones ciclópeas, con decenas de miles de afectados, lo que provocó ese rescate de Bankia que se ha hecho a costa de la hucha de las pensiones. Todo ese Monipodio celebrado a todo lujo en una francachela a cuenta de las black. Cuando el asunto fue a parar a la alta inspección del Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores, el resultado llevó a imputar no a Bankia sino a los directivos de las dos entidades ya se verá con qué alcance.

Las vueltas que da la vida. En tiempos del gobierno de Felipe González, el gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, acabó en la cárcel. Por entonces se consideró que se había llegado al límite de lo soportable en materia de corrupción. Que te robe el gobernador del banco central es como para dudar de la racionalidad y eficacia de los mercados de razón neoliberal. 

La situación hoy es muchísimo peor. En tiempos de González, este estuvo a punto de ser llamado en el proceso de los GAL. En estos, Rajoy puede ser llamado por otro tipo de motivo. La corrupción es estructural y apabullante. La cuestión es, en efecto, ¿cómo hemos llegado a este extremo? Se me ocurren varias razones concomitantes: en primer lugar porque la sociedad tiene una umbral de tolerancia de la corrupción muy alto y una conciencia ciudadana muy baja. Entretenernos en esto sería prolijo y también innecesario porque es opinión generalizada. En segundo lugar por una llamativa  incuria de los partidos de la oposición que son cualquier cosa menos oposición. Su falta de beligerancia permanente contra la corrupción del partido del gobierno prácticamente los hace cómplices. Y, en tercer lugar, unos medios abrumadoramente a favor del PP. Los audiovisuales públicos son centros de propaganda del gobierno y su partido. Los privados, pese a algunos escarceos, al servicio de la derecha, como la prensa de papel. Función de investigación de la corrupción del poder, cero.

A todo esto debe añadirse un profundísimo sentido caciquil de la política, impuesto por el presidente de los sobresueldos que lleva toda su vida ejerciendo de político profesional gracias a sus pragmáticas (algunos dirían "cínicas") formas de proceder. Su gobierno ha abolido de hecho el principio de separación de poderes, desnaturalizado la democracia, colonizado las instituciones y politizado a su favor la administración de justicia. Y ha anulado el principio de rendición de cuentas de los gobernantes. Un verdadero destrozo.

Así es como hemos llegado a esto. Y parece muy difícil remediarlo.

diumenge, 12 de febrer del 2017

De caudillos y masas

El de ayer fue un día dedicado a la exaltación del carisma, del culto a la personalidad, de glorificación del heroico líder en las principales fuerzas políticas del extraño sistema político español. Un sistema político que tan pronto parece un bipartidismo difunto como un bipartidismo resurrecto. Por supuesto, cada una de esas fuerzas, el PP, el PSOE y Podemos, escenifican la glorificación del caudillo o caudilla, según sus circunstancias y características.

El PP se encuentra en un congreso de autocomplacencia. Solo hay un candidato a la presidencia y, una vez este elegido prácticamente por unanimidad llamada búlgara, procede a nombrar a los demás cargos del partido a dedo, como corresponde a los democráticos tiempos que nos ha sido dado vivir. El jefe hoy indiscutido, el artífice de cuatro prodigiosos años de mayoría absoluta, gobierno absoluto y que hoy promete otros cuatro de igual o superior prosperidad sin mayoría absoluta pero con la inestimable alianza con el PSOE, el otro partido dinástico. En el momento de los encendidos discursos se pronunciaron las sentencias en el primer juicio de la serie Gürtel que envían a la cárcel a una serie de delincuentes y miembros del partido, a veces personas distintas, a veces las mismas. Pero da igual: las noticias desagradables del exterior no entran en el multitudinario y agradecido cónclave del partido del gobierno. Sí, parece que en algún otro siglo, en otro país de ubicación imprecisa, hubo unos episodios de corrupción galopante. Pero eso no reza con nosotros. Según dice el Jefe, el partido ya pagó en las urnas el precio de la corrupción. Queda media docena de procesos pendientes de la Gürtel y la Púnica y el inefable Bárcenas, pero es de suponer que tampoco afectarán a la alta estima en que el PP se tiene a sí mismo. Solo hay una pequeña nube: si en alguno de los procesos que quedan se llama a declarar a Rajoy a cuenta de los sobresueldos en B. Téngase en cuenta que es el único secretario general del PP que todavía no ha declarado ante el juez. Los otros, anteriores y posteriores a él, ya lo han hecho, ¿Por qué no él?

En el caso del PSOE no ha sido un congreso sino un evento precongresual, una exhibición de músculo, dicen los medios, para que Susana Díaz compruebe a la par que muestra sus apoyos para la aventura de la SG, algo que nadie en el fondo cree factible excepto ella que irradia seguridad en sus más altos ambicionados destinos: tengo ganas, dice, apuntando a la SG sin mencionarla. Y me encanta ganar, añade, mirando ya a la presidencia del gobierno. No es un discurso conceptualmente rico sino, más bien, un par de exabruptos elementales pero seguramente lo que juzga conveniente la interesada para movilizar sus apoyos. Porque su principal apoyo es ella a misma, esa especie de ciega convicción que transmite con la fuerza del caudillaje de que le corresponde ganar por ser ella, quintaesencia del alma socialista de Triana. Ciega convicción, fuerza silenciosa casi telúrica, capaz de defenestrar un SG en veinticuatro horas y postularse sin más como su sustituta. Los apoyos de ayer, sobre todo alcaldes. El acto, una especie de alcaldada. Sobre todo porque carecía de justificación que no fuera el interés de la junta gestora por hacerle la campaña a Díaz sin que lo parezca. La exaltación de la caudilla no recompensaba los méritos pasados, como en el caso de Rajoy, sino los futuros, los que acumulará una vez haya sido votada por las bases en unas malditas primarias que la buena mujer no encuentra modo de soslayar.

El congreso de Podemos pone la nota sentimental, de color narrativo. El enfrentamiento clásico en las izquierdas entre una orientación más radical, revolucionaria, jerárquica, disciplinada y otra más moderada, reformista, democrática, easy going, pero ambas igualmente caudillistas lo ha invadido todo. Asombrados los militantes y dirigentes (y no se hable ya de los simpatizantes y votantes) de que les estuviera pasando a ellos lo que pasa a todo el mundo, salieron al ámbito público con los más divertidos (y previsibles) discursos: que no era cierto, que eran invenciones del enemigo, que la canallesca, ya se sabe. Que sí era cierto y lamentable y había que remediarlo. Que toda división es mala, todo enfrentamiento, dañino. (Lo cual tiene gracia para gente que siendo marxista en muchos casos, debieran horrorizarse menos al encontrarse ante lo que siempre predican como fuente del progreso, la contradicción). La propia historia de la organización, que resume su identidad, obliga a recomponer la unidad. Y así, a los gritos de las masas entregadas, hubo que escenificar una recomposición de la unidad del caudillo bicéfalo más falsa que los abalorios de las Indias. El congreso de Vistalegre II parecía un funeral. Y lo parecía porque lo era. El funeral correspondiente al entierro de la sardina: todos los excesos y demasías del pasado quedan sepultados y amanece un nuevo día de la mano del amado líder a quien sus fans identificaban con el mismo proyecto de Podemos cuando afirmaban que si Iglesias caía, caería Podemos.

divendres, 10 de febrer del 2017

Estado de corrupción

¿Es válido el resultado de un juego en el que se demuestra que la parte ganadora hizo trampas? El ganador, el campeón, pierde los títulos. ¿Por qué se da por válido el resultado de unas elecciones que se ganaron gracias a la financiación ilegal? No hay más "razones" que la arbitrariedad por la parte ganadora y la sumisión por la perdedora. Pero no es de recibo. En un Estado de derecho no es de recibo.

La cuestión es si España puede considerarse un Estado de derecho. Empecemos por arriba. El Senado rechaza la petición de Compromis de que el Estado responda si se pagaron "aventuras cárnicas" del rey Juan Carlos con dinero público. Ya solo la pregunta nos introduce en un jardín pintoresco, pero la respuesta de que esa información no puede facilitarse por ser materia reservada sujeta a la ley de secretos oficiales lleva el pintoresquismo a niveles surrealistas. ¿Por qué son "materia reservada" y "secreto oficial" los escarceos amorosos del anterior Borbón reinante de los que habla todo el mundo en la televisión, incluidas sus protagonistas? Notable tufo a ridículo. Y de Estado de Derecho, nada. ¿Por qué no puede conocer de cierto, por fuente oficial, la ciudadanía las alegrías del Rey con presuntos dineros públicos? Los del silencio suelen argumentar el art. 53,6 de la Constitución, el que hace inviolable y no sujeta a responsabilidad la persona del Rey. Ya es insólito un Estado de derecho en el que hay alguien por encima de la ley. Pero es que, además, es estúpido porque no se trata de si el Rey es o no inviolable sino de si tiene el derecho a gastarse el dinero de la ciudadanía sin dar cuentas por ello. Una cosa es ser inviolable y otra incognoscible. Claro que tampoco ha comentado nadie en la Casa Real la noticia publicada hace ya año en Forbes sobre la supuesta fortuna de Juan Carlos de 1800 millones de €. La inviolabilidad y la irresponsabilidad no producen invisibilidad.

Es un Estado de derecho en el que muchos cargos políticos del partido del gobierno pasan más tiempo luchando en los tribunales que gobernando. Y son docenas. En todos los niveles. Y las causas son siempre corrupción, malversación, apropiación indebida, cohecho, etc. Algunos jueces que han llegado a imputar al partido como persona jurídica lo tienen como una asociación con ánimo de delinquir. Es verdaderamente curioso que un partido parecido a una asociación de malhechores administre un Estado de derecho. Se percibe cierta incongruencia: un partido en el que han tenido importantísimas funciones de gestión personas como Fabra, Granados, Matas, Mato, Rato, Camps, Barberá y muchísimos otros de menor relevancia no parece el medio más idóneo para gobernar un Estado de derecho.

Sobre todo porque, además, si algo ha caracterizado la reacción del PP ante la corrupción ha sido una disonancia cognitiva total desde el primer momento. En el terreno declarativo pasó de negarlo todo ("no un montaje del PP sino un montaje contra el PP") a ponerse al frente de la manifestación y acaudillar el regeneracionismo con algunas normas anti-corrupción de las que nadie hacía el menor caso. En el terreno de la acción torpedeó sistemáticamente la acción de la justicia (destrucción de pruebas, mala fe procesal, etc) y encubrió cuanto pudo a los imputados, acusados o condenados.

En este terreno del encubrimiento -que genera una desconfianza grande de la gente en las instituciones democráticas- se juega todo el Estado de derecho. Si a día de hoy, el presidente del gobierno recibe a los familiares de las víctimas del Yak42 con catorce años de retraso y con ello, aunque sea vergonzantemente, se admite la responsabilidad del Estado (o sea, de Trillo, que aún no ha pedido perdón), esos catorce años ¿no han sido de encubrimiento?

Y es el caso que tal parece ser el contenido de la pelea en el PSOE, sobre si Estado de derecho sí o no. El campo de Susana Díaz, la Gestora, los medios, los barones, etc lleva al PSOE a la gran coalición en la que de hecho ya está. El mantenimiento de la alternancia de los dos partidos dinásticos, los dos leales a la III Restauración. La candidatura de Sánchez trae apoyos de naturaleza muy distinta, procedente de las bases, los militantes y da la impresión de que se orienta más a una alianza de la izquierda que restaure más que la monarquía el Estado de derecho en el que todos somos libres e iguales ante la ley y nadie está por encima de ella. La tercera candidatura, la de López, no acabo de encontrarle perfil propio.

Por eso importa tanto a todo el mundo la solución del conflicto en el PSOE.

dijous, 2 de febrer del 2017

La raíz de la corrupción

En el post de ayer, titulado Corruptópolis, Palinuro comentaba tres asuntos de corrupción en España y vergonzosas y/o ruines actuaciones del presidente Rajoy: el nombramiento de su amigote Arsenio Fernández de Mesa como consejero de la Red Eléctrica (150.000 € al año), puesto para el que tiene tantos merecimientos como para ser director de la Guardia Civil, su cargo anterior: ninguno. Solo su amistad con Rajoy y su canina lealtad a este. La incapacidad para pedir perdón a los familiares de las víctimas del Yak42 que lo fueron por la imperdonable actuación del gobierno en el que él, Rajoy, era vicepresidente. El insólito homenaje póstumo que se tributó a Rita Barberá, con el mismo Rajoy (el que la echó del partido) cantando sus alabanzas. A los familiares, no, pero a Rita Barberá, sí. Todo ello coronaba un jornada en la que PP y C's impedían la mísera subida de 1,2% de las pensiones, mientras el PSOE, que lo pacta todo con este gobierno, no hacía nada.

El post era un florilegio de la corrupción que caracteriza a la España actual bajo el PP, una corrupción generalizada, estructural, procedente de un gobierno cuyo presidente está acusado de haber cobrado sobresueldos en negro y cuyo partido es considerado por algunos jueces como una "asociación para delinquir".

Me quedé pensando en que este fenómeno de corrupción generalizada, descarada, desvergonzada (repásense los vídeos de Rajoy, Trillo, Bárcenas y resto de esta cuadrilla), tenía que tener alguna explicación racional. No podía ser una plaga divina, sin causa terrena aparente. Y creo haberla encontrado. A ver qué opinión merece.

Mariano Rajoy Brey nació en 1955. Él y sus tres hermanos (dos chicos y una chica) sacaron unas de las oposiciones más difíciles del Estado (registradores y notarías) a la primera y apenas terminadas sus carreras. Hay quien relaciona estos milagros con el hecho de que fueran hijos de Mariano Rajoy Sobredo, el magistrado que presidía la Audiencia Provincial de Pontevedra cuando se juzgó el famoso escándalo del aceite de Redondela en la primera mitad de los setenta, un proceso lleno de misterios, con siete muertes escasamente investigadas y menos explicadas y en el que aparecía mezclado el hermano del dictador, Nicolás Franco, quien ni siquiera fue llamado a declarar. El juicio terminó sin pena ni gloria, condenándose a unos años de cárcel a tres pichichis y dejando todo lo demás en la oscuridad, incluido el destino de millones de litros de aceite de los que nunca más se supo. Todo lo anterior y más lo encontrará el lector en el documentado artículo de Eusebio Lucía Olmos, titulado  ¿Fue Mariano Rajoy un lumbrera o simplemente un beneficiario directo del caso 'redondela'"?

Luego, Rajoy no debió de ejercer su profesión ni tres años pues ya en 1981 lo encontramos activo en Alianza Popular (nombre anterior del PP) y diputado del Congreso en 1982. Desde entonces, hace ya 35 años, no ha abandonado la actividad política como presidente de diputación, ministro, vicepresidente del gobierno y actual presidente, secretario general del partido y también actual presidente de este. O sea, un político profesional con una formación escasísima (basta con oírlo y ver lo que lee) y prácticamente ninguna experiencia laboral que no sea intrigar para conseguir los cargos. No es pues exagerado considerar que al frente de los destinos del país se encuentra un absoluto mediocre que solo prospera en los tejemanejes políticos de los partidos. A la conocida idea de la sociología funcionalista estadounidense de mediados del siglo XX de que las sociedades industriales se rigen por el principio de la meritocracia, Rajoy contrapone una larga práctica demeritocrática.

Y es lógico. Nadie que ascienda por encima de sus dotes, cualidades y esfuerzo tolera a otros a su vera que puedan hacerle sombra. Los necesita más mediocres, más inútiles, con menos escrúpulos que él y completamente entregados a su voluntad pues, si no se benefician de los arbitrarios nombramientos del jefe, no son nada.

Ahora repásense los nombramientos de Rajoy desde siempre. ¿Se busca en ellos la experiencia, la competencia, la capacidad, la voluntad de trabajo, o basta con ser amigo y gozar de la confianza del jefe para ascender meteóricamente aunque no se sepa nada de trabajo (Báñez), de sanidad (Mato), de educación (Wert), de energía e industria (Soria), de seguridad (Fernández Díaz), de la Guardia Civil (Fernández de Mesa), del ejército (Cospedal), etc.? Y ese ejemplo se extiende de arriba abajo por la pirámide del Estado y se reproduce en todos los niveles, en los que se entregan competencias a gentes que carecen de ellas y solo se distinguen por su obediencia ciega y su afición a incurrir en comportamientos presuntamente delictivos y muy enriquecedores. En España, en política, y gracias a Rajoy, no se selecciona a la gente por su mérito sino por su entrega y su demérito.

Y esa es la raíz de la corrupción general imposible de atajar porque, milagrosamente (tan milagrosamente como la carrera política de Rajoy) la raíz está en la copa del árbol. 

(La imagen es una foto de la Casa Rosada (Argentina Presidency of the Nation), bajo licencia Creative Commons).