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dilluns, 9 d’octubre del 2017

Las huestes del Cid

Espectáculo insólito en Barcelona, una manifestación unionista digna de que El País le dedique una crónica almibarada, trasmitiendo el alborozo del cautivo a la vista de su liberador. Banderas al viento, entre vítores al toro español que, por fin, ha despertado, la verdadera, auténtica, profunda España llegó ayer a la capital del Principado procedente de todos los puntos de sí misma. A manifestarse junto a la mayoría silenciosa catalana y, de paso, darle voz, la poderosa voz de la España eterna.

Se cruzan debates sobre cálculos de asistencia que son ociosos. 300.000, 400.000, 900.000, como dicen, alegres, los organizadores no son significativos. Solo una ojeada a la superficie real ocupada por esta manifestación y la ocupada por la última Diada zanja el asunto. A la Diada acude gente de toda Cataluña, pero no de fuera. A la manifa de ayer, de Barcelona, de Cataluña y de fuera de Cataluña. Pero de mayoría, nada. Lo cual es lógico. El acto fue convocado por la Societat Civil Catalana, una organización social próxima a C's y con vínculos con la extrema derecha y también por los partidos políticos, C's, PP. El PSC ha animado a los militantes a la asistencia pero se ha abstenido como partido. Los tres partidos son la minoría del Parlament y, salvo C's los votos de los otros dos son casi simbólicos. Y, si de presencia en municipios se habla, el resultado es descorazonador. Nada extraño que no movilicen a mucha gente.

Por último y para entendernos esta concentración es un acto único, esporádico, extraordinario. Quizá por ello debiera atraer más público. Si no lo hace es porque las organizaciones titulares, en realidad, no tienen actividad real ni gran presencia social. Mientras que las de los indepes son manifestaciones periódicas, mantenidas, persistentes, que llevan detrás mucho trabajo de organización y voluntad política de un pueblo empeñado en ser reconocido como nación y como Estado.

Otra cuestión es el sentido del acto, las ideas y propuestas en cuyo nombre se ha celebrado. Dice El País que en nombre de la Constitución y la unidad de España. Pero no hay a su vez unidad acerca de qué unidad se está hablando y cómo se consigue. Según un sector de la manifestación (creo que minoritario), se consigue dialogando; según otro (mayoritario a mi entender), metiendo a Puigdemont y su gobierno en la cárcel. Se me escapa cómo pueden manifestarse juntos. Se da mucha importancia al hecho de que el pregón de la fiesta nacional lo dieran Vargas Llosa y Borrell pero la verdad es que ambos estaban fuera de lugar, como un estrambote mal puesto. Vargas Llosa renuncia a todo asomo de razón cuando suelta una encendida arenga en contra del nacionalismo a una multitud enfervorzadamente nacionalista. Y Borrell debiera pensarse hasta dónde va a arrastrar a su partido en la unión sagrada con la derecha que, en España, bien se sabe y se acaba de demostrar otra vez, es la extrema derecha.

Los medios españoles (especializados en emitir respuestas a declaraciones que se han ocultado) ignoran la continua, permanente agresividad y violencia de los franquistas que van en manada increpando a todo el mundo y buscando camorra, a veces con los mossos d'esquadra. En general, se trata de escamotear el marcado carácter fascista de las concentraciones en favor de la unidad de la Patria y hacerlas pasar por pacíficas, democráticas, "constitucionales" cuando no lo son. Sí lo son, en cambio, las manifestaciones (mucho mas numerosas) de indepes: pacíficas, democráticas y constitucionales. De su propia Constitución, entiéndase bien, que la gente está escribiendo ahora mismo en la calle.  

divendres, 6 d’octubre del 2017

El Estado fallido español

Comparto aquí el vídeo del Centre Català de Negocis sobre el funcionamiento irracional y corrupto de la economía española, gestionada por una oligarquía de ladrones e incompetentes que solo atienden a sus propios intereses y tienen el Estado esquilmado como si fuera su cortijo. El vídeo compara la ruina española con la prosperidad catalana, que podría ser mucho mayor si no estuviera parasitada por España.



Servidor interviene a partir del minuto 34. El vídeo sigue el magnífico libro de Albert Pont, Interès d'Estat. Fer capital a Madrid (2017) Barcelona: Viena edicions.

dimecres, 27 de setembre del 2017

Marca España

Por fin se aclara el misterio: Rajoy no habla inglés; lo susurra.

La jornada de ayer fue de síncope. Y nos esperan cuatro o cinco más y sin duda peores. La independencia de Cataluña empieza a verse ya en términos sombríamente contables. La Patria contante y sonante. Los agoreros han pasado de amenazar a los catalanes con la ruina a preverla para sí mismos si Cataluña se va. Ahí, en esos nobles cálculos debe de estar la raíz de esos increíbles episodios de ciudadanos onubenses, cordobeses, murcianos, santanderinos, ovetenses, etc., despidiendo las dotaciones de la Guardia Civil camino a Cataluña con los gritos de "¡A por ellos!" y "¡Soy español, oé, oé!". Son los preparativos del diálogo con los indepes que proponen los dos partidos dinásticos, PP y PSOE con la impagable ayuda de C's y Podemos, los primeros por la vía recta, los segundos, por la curva. La España fosca viene de militar y también de judicial o, cuando menos, fiscal. La fiscalía ordena a los mossos precintar las mesas antes del 1/10, para contribuir al entendimiento, sin duda.

Y el extranjero, mirando. La foto del domingo. Cataluña ocupada por las fuerzas del orden en previsión de los desmanes que puedan producirse por el hecho de que el Estado haya precintado las urnas para que la población no pueda votar. Desmanes no son de prever salvo los que involuntariamente, por supuesto, pueda ocasionar la fuerza pública. Pero sí habrá muchas otras fotografías, de muchas otras situaciones: los/as ciudadanos/as yendo a votar en grupos, pacífica y festivamente, los estudiantes en sus asambleas, las entidades sociales señalando los puntos de votación, aunque estén precintados. Aparecerán más urnas sin precintar.

A todo esto, uno de los factores que más ira enciende en el nacionalismo español es que el movimiento tiene un carácter alegre, festivo y hasta jocoso. Sin duda, la procesión va por dentro porque pocos catalanes dudan de que están viviendo un momento crucial en sus existencias. Pero, hacia fuera, reina lo lúdico con ribetes de burla. Cuando se pensaba que lo de Piolín era demasiado hasta para los gobernantes españoles, hete aquí que los que llegan a Barcelona en avión avistan el otro costado del barco, el de babor si no me equivoco, en el que también luce Piolín.

Este ridículo es el habitual de la marca España en el interior. Como los aeropuertos sin aviones, para personas. Pero proyectado al exterior suele sobrepasar todo lo imaginable. Al bochorno de ver cómo se compran unas declaraciones del Presidente "Trum" por miles de millones de € invertidos en no sé cuantos aviones que no hacen falta para nada, se añaden las declaraciones en sí y las del inenarrable co-declarante, Rajoy. "Trum" dijo y reiteró que España debía seguir "unida" porque dividirse sería una tontería. Matizó, sin embargo, que era su opinión personal. Una semana antes, la portavoz de la Casa Blanca ya había dicho que la cuestión era un asunto interno español del que ella no sabía mucho. "Trum" terminó añadiendo de su cosecha que Rajoy le había dicho (o susurrado) que no habría votación el 1/10 pero él ("Trum") creía que la gente era de otro parecer. Habiendo obtenido este universalmente respetado respaldo del emperador, el jefe de la marca España se encargó de pulverizarlo acto seguido contestando a una pregunta sobre la DUI que esta no es competencia suya, sino del Parlamento de Cataluña. Ante esto carece de importancia que el payo se lanzara muy contento a adoctrinar sobre Venezuela, teniéndoselas tiesas al señor "Madero". ¿En qué estaría pensando este majadero si es que piensa en algo?

Los socialistas se han dado cuenta de repente de la gravedad del problema que tienen delante. Se han caído literalmente del guindo. Su reacción es de ira, miedo, odio, según a qué partes del país nos refiramos. En algo están las distintas "familias" o "sectores" unidos: en no reconocer ni un adarme de responsabilidad en el hecho de que la situación haya llegado hasta aquí. Han tenido más de veinte años de gobierno para encontrar una fórmula satisfactoria para las dos partes, pero han preferido jugar al regate corto, trampeando en la cuestión territorial y manteniendo la superchería del "café para todos" en diversas propuestas. Ahora se les ha caído el cielo sobre la cabeza, como pasaba a veces con los valerosos galos y sus más aguerridos paladines salen en defensa de la Patria, una, grande, libre. Rodríguez Ibarra recomienda una "gran coalición", un gobierno de unión nacional PP-PSOE como el que proponía hace un par de años Felipe González quien ha pasado de jarrón chino a gurú. Pues no veo por qué no incorporar a C's, tan patriótico como los otros dos. Está tan convencido como Sánchez de que el referéndum no busca echar a Rajoy, sino "romper España" . No parece pasársele por la cabeza que lo que ha roto España ha sido la negativa en redondo a encontrar una solución negociada y que, curiosamente, sigue abierta, por más que en el PSOE ignoren su existencia. El fulgor de la España rota los ciega. Y ya puestos a defender la unidad de la Patria al precio que sea, quizá deban ofrecer a Podemos la posibilidad de formar parte de ese gobierno de regeneración nacional. La España que vitorea encendidamente Iglesias es la de Sánchez y la de Rajoy.

diumenge, 24 de setembre del 2017

Mientras tanto, en Cataluña...

El día amanece hoy nublado. El gobierno de la Gran Nación toma el mando de los Mossos d'Esquadra, o sea, de la fuerza legítima de la Nació Petita. Muy nublado. Medida ejecutiva directa, no consultada ni sometida a control de parlamentos, tribunales u otras zarandajas democráticas. Muy nublado mientras me dirijo a la xerrada en Alella. A la puerta de un espacio abierto, una pareja de agentes de la GU ya ha explicado a los organizadores que cumplen órdenes, a saber: a hacerse ver. Más noticias: el gobierno ya ha designado al oficial que tomará el mando de los mossos: un coronel de la Guardia Civil llamado Pérez de los Cobos, hermano del Pérez de los Cobos, militante del PP que presidió una temporada el Tribunal Constitucional e hijo del también militante de Fuerza Nueva, Pérez de los Cobos. Y no es él menos pues anduvo procesado por torturas en el País Vasco, aunque luego absuelto por un tribunal español. Gente, como se ve, muy ecuánime cuando se trata de habérselas con independentistas. A la salida de la xerrada hablo con una mossa d'Esquadra que ha ido de paisana por decisión y afición propia. Me dice que es Mossa d'Esquadra y que siempre supo que su trabajo es servir a la sociedad catalana a las órdenes del gobierno de Cataluña. Le presento mis respetos y admiración por su actitud. Sabe lo que hace y es consciente del momento en que vive; en el que vivimos todos. Más tarde, llegando a la segunda xerrada, en Sant Cebrià de Vallalta, nueva noticia: el govern no traspasará el mando de los mossos al gobierno de España. Veo a Forn y a Trapero (¡qué imagen tan poderosa la de este hombre!) y escucho sus clarísimas razones políticas y su sólida base jurídica. El gobierno no puede asumir el mando y el coronel Pérez de los Cobos puede aspirar a otros destinos, seguramente más cómodos que esta tierra de rebeldes muestraculos al estilo de los escoceses de Wallace. El día se aclara. Las nubes se retiran y el Mediterráneo está bañado con su luz diáfana. Me acuerdo de la mossa d'Esquadra y pienso que esto es indestructible porque forma un arco con los extremos unidos en la misma tensión: los jefes protegen a los subordinados y los subordinados confían en los jefes. Después de la xerrada, en un pabellón sportiu, correspondiente butifarrada. La noche caída mientras tanto es en realidad día y con tanta gente alegre de toda andadura de la vida, más que día, casi amanecer. Muchas me dan las gracias pero soy yo quien debe darlas porque gracias a ellos, a la gente que he conocido en todos los puntos de Cataluña, al cabo de tantos años he encontrado mi país, el que he buscado toda la vida, un país de gente digna. Lo que siempre quise para España lo he encontrado en Cataluña. Alguien comenta que los mossos han detenido a un policía nacional que ha entrado en un comercio en las Ramblas, creo, con un arma y bajo los efectos del alcohol, o eso dice. Nadie señalará, supongo, porque los catalanes son aficionados al understatement, que ha caído a los mossos tarea doble: proteger a la población de los delincuentes habituales y de los atípicos. Los chavales de enseñanza secundaria y universitaria están echándose a la calle y empiezan a ser el habitual río de lava que engulle todos los cuentos y las logomaquias de los políticos, especialmente los de izquierda. Cuando los de los barcos reciban la orden de desembarcar, algo insomnes según parece, lo van a tener francamente crudo. Por eso están allegando más razones al Principado: tanquetas, vehículos blindados y hasta un cañón móvil de agua, todos instrumentos pensados por amenizar el diálogo con que el PP y el PSOE quieren deleitarnos a partir del dos de octubre. Tras la butifarrada gratísimo concierto de habaneras a cargo del dúo La vella Lola, Marta Bombí, la cançó y Josep Bergadà, voz y guitarra. Buenísimos. Les pido El meu avi va anar a Cuba. La tienen prevista para el final porque es muy popular. Les digo que tengo un amic dramaturgo que ha escrito una pieza de teatro con ese título, Marcel Vilarós (hola, Marcel) y que sería buena idea que se pongan en contacto, así que luego os pongo un email a cada uno. Nos vamos a dormir en medio de rumores de que el gobierno anda preparando una redada de altos cargos del govern, consellers y el propio presidente de la Generalitat. Parece absurdo ¿verdad? Pero el sentido del absurdo del gobierno central está en contexto berlanguiano, según acaba de decir, creo, Antonio Banderas. Bueno, según parece, pasado mañana el Señor de los sobresueldillos irá a visitar al Emperador en humilde solicitud de alguna declaración contra la independencia de Cataluña. Se dice que el ministerio correspondiente ya la tiene amarrada a cambio de la compra de unos aviones que probablemente no volarán por unos miles de millones de euros. Una futesa y, mira, a los mejor sale Trump por la tele diciendo que está en contra del derecho de autodeterminación de Sicilia. Pienso, antes de dormir que, pendiente el alto servicio exterior de tan trascendental misión, en estos dos días el ministro Zoido dejará en paz a la gente en Cataluña pues no puede permitirse algún escándalo que le saquen a su presidente en Washingto. Un respiro, por Toutatis, ya en puertas del referéndum. Y las malditas urnas sin aparecer.

Entre tanto, ¿Qué hace la izquierda? En el caso del PSOE, apoyar incondicionalmente al presidente Rajoy, a quien pidió en su día que dimitiera. Gente práctica los socialistas, como el interesado no tenía, ni tiene, ni tendrá intención de dimitir porque no quiere perder el aforamiento, decidieron civilizarlo y convencerlo de que pasada al oleada de la muy justa represión que los indepes se han atraído sobre sus cabezas como las orgullosas torres atraen los rayos, deberá ofrecer diálogo, después del dos de octubre. Porque antes no lo hubo. Sin duda, el PP no lo propició, pero el PSOE tampoco lo exigió. La oferta actual carece de todo valor porque ni quienes la hacen tienen crédito ni lo que dicen sentido sino que son una sarta de disparates sin conexión lógica alguna. Dice Sánchez que “en esta crisis hay tres opciones: la de Puigdemont que es votar sin dialogar; la de Rajoy que es dialogar sin votar; y la del PSOE y del PSC que es dialogar y votar un acuerdo con todas las garantías democráticas”. Dos falsedades y un conjuro de magia potagia. 1ª. Puigdemont quiere votar sin dialogar. Falso. Puigdemont quiere votar y dialogar. 2ª Rajoy quiere dialogar sin votar. Falso. Rajoy no quiere dialogar ni votar.  Magia potagia: el PSOE ofrece llegar a un acuerdo y votar con todas las garantías democráticas.¿Qué acuerdo?¿Quiénes votan? ¿Cuándo? Mientras esto no se diga, la propuesta es como un viaje al país de la Cucaña. Uncido al carro de Atila, el PSOE no puede hacer otra cosa que volver a pisar la hierba que pisó el caballo de aquel.

¿Y Podemos? Si lo de Cataluña es berlanguiano y lo del PSOE se parece algo al inspector Clouseau, lo de Podemos es buñuelesco, al estilo del Ángel Exterminador. Llevan dos días de profundas cavilaciones en un seminario o similar apartados del ruido del siglo para hacer práctica la audaz teoría de que la cuestión catalana se resuelve... echando a Rajoy de La Moncloa. Allá ha ido también, a aportar su particular luz la alcaldesa de Barcelona, Colau que, además se quita de enmedio con la habitual galanura en momentos delicados. Al fin y al cabo el objetivo es noble y tiene su mérito, más que la cuadratura del círculo pues consiste en ganar una fulminante moción de censura que necesita la mayoría absoluta de 350 teniendo en contra 222 votos de los dos partidos dinásticos, equivalentes aprx. a un 63%. Pequeñez que se resuelve con una declaración contundente, de esas que se imponen con la luz cegadora de la audacia y hacen temblar los cimientos mismos del sistema. Dice Iglesias  que Podemos respetaría el resultado de un referéndum "con garantías y efectos jurídicos". Obviamente, quiere decir los resultados de un referéndum legal. Dos pequeños matices: 1º, ese referéndum legal no se dará con la actual composición parlamentaria y tampoco con la que vaticinan los sondeos. 2º (y peor) ¿qué tiene de audaz y revolucionario cumplir la ley? Porque, si lo que está diciendo es que estaría dispuesto a incumplirla (por razones revolucionarias, imagino) ¿por qué no empieza por hacerlo ya y reconoce los resultados del referéndum del 1/10 se haga como se haga?

Sencillamente, por lo mismo por lo que el PSOE dice ahora que negociará un "acuerdo" que se someterá luego a referéndum,pudiendo haberlo propuesto hace años, en lugar de dar la murga con un federalismo inviable. ¿Y qué es ello

La República. La izquierda no puede digerir la idea de que los catalanes se constituyan en lo que ella no tiene ni tendrá porque no se atreve a reclamarla: la República.

Lo reitero: la independencia de la República Catalana ha triturado la izquierda española que,comoun cuerpo poseído por el Maligno, se encuentra ahora pensando, hablando y haciendo como la derecha.

divendres, 15 de setembre del 2017

Hoy, Palinuro en Vilassar

Es de esperar que la autoridad no haya prohibido el acto para hablar de la República catalana que, al fin y el cabo, no tiene nada que ver con el referéndum prohibido en que se preguntará a la gente si quiere una República catalana también prohibida. Pero nunca se sabe. El gobierno ha decidido que el mejor modo de hacer frente a ese inmundo propósito de la Generalitat de saber qué quieren los catalanes es prohibir el referéndum y todo lo que esté directa o indirectamente relacionado con él, el re, el fe, el ren y el dum. Todo. La autoridad incompetente ha sucumbido a una neurosis de prohibición que podría empezar por aplicarse a sí misma: prohibición de cobrar sobresueldos, prohibición de pillar mordidas, de malversar, estafar a la ciudadanía, de financiar el PP ilegalmente, de robar hasta las cucharillas en los banquetes, de destrozar (y robar) la sanidad pública, de destruir (y robar) la enseñanza pública, de esquilmar el erario, de enchufar a los amigos, de fundirse el fondo de pensiones, de estafar a los impositores de las cajas, de llevarse la pasta gansa de las contrataciones a Suiza de dejar sin subvenciones a los dependientes y un sin fin de otras prácticas de latrocinio. Pero, no, prefieren aplicársela a los demás, en especial a quienes andan en la diabólica empresa de votar y averiguar así qué quiere la gente. Como si eso fuera lo óptimo y no lo que pide la vicepresidenta de averiguar cuál es el deseo de los catalanes por ciencia infusa.

Hoy hablaremos de la República catalana en Vilassar de Mar en el Ateneu de Vilassar a las 19:00. Se comprende que, dado el carácter irreductiblemente republicano de Palinuro, este se las promete muy felices intercambiando opiniones con las gentes del lugar sobre ese futurible que hace 18 meses se veía tan lejano y hoy, a falta de 15 días para el referéndum es tangible: una República en Cataluña. Una República libre.

Nos vemos en Vilassar.

dijous, 14 de setembre del 2017

Hoy, Palinuro en Fonz, en la Universidad de Zaragoza

Un alto en el camino catalán para participar en un curso extraordinario de la Universidad de Zaragoza en Fonz con el título de La política en España: oportunidades y cambios. El tema que se me ha asignado a las 12:00 es España en crisis: balance de una década. O sea, un repaso a lo sucedido en el país entre 2007 y 2017. Ahí es nada: comienzo de la crisis-estafa del capitalismo global, recrudescencia  del independentismo catalán a raíz de la sentencia del Tribunal Constitucional de 2010, mayoría absoluta del PP, 15M, auge y caída de Podemos, corrupción galopante del régimen y referéndum catalán para el 1º de octubre, momento decisivo en la historia de España.  Sesión sin duda muy animada porque, además, Fonz es importante localidad de la llamada LAPAO, un ejemplo más de cómo la política lo invade todo -especialmente en tiempos conflictivos- incluso el ámbito lingüístico. En realidad este es uno de los primeros. Sospecho que los historiadores del futuro considerarán este decenio como decisivo a la hora de dictaminar sobre el curso del sistema político de la III restauración.

Edificio Interfacultades, calle Pedro Carbuna, 12, 6ª Planta.

dimarts, 12 de setembre del 2017

Hoy, Palinuro en Balaguer

A las 20:30 en el salón de actos del Ayuntamiento de Balaguer, en una xerrada  sobre el impacto de la independencia de Cataluña en España. El título tiene algo de provocativo: no hay futuro en España sin la independencia de Cataluña. Puede parecer absurdo desde un punto de vista materialista y cortoplacista, pero no lo es. El mantenimiento de Cataluña a la fuerza dentro del Estado español, supone el del statu quo por los siglos de los siglos. Unas zonas del país (els països catalans y Madrid) productivas y el resto subsidiado a excepción del País Vasco y Navarra que, con su sistema de cupo y concierto al que nos referíamos en un post anterior, Catalanes y vascos, tampoco aportan ni detraen nada y, en consecuencia, son magnitud neutra. Esto significa, en efecto, perpetuación de la lamentable situación actual: ni las zonas más productivas acaban por despegar del todo debido al lastro de los territorios subvencionados ni estos tienen suficiente estímulo para despegar de una vez y vivir de sus propios recursos y su adecuada gestión.

La sacudida de la independencia de Cataluña obligará a la gente a vigilar a la oligarquía española tradicional, a impedir que siga robando, a castigarla en los tribunales y a prosperar por sus propios medios. Al principio puede ser difícil, pero esa misma dificultad obligará a las gentes españolas a exigir responsabilidades a la clase política, políticas y penales.

Solo entonces empezará a cambiar España para bien.

Nos vemos en Balaguer.

diumenge, 10 de setembre del 2017

No entendéis nada

Pero nada de nada. Res de res. Probablemente os lo impide ese acendrado nacionalismo español que empieza por negarse a sí mismo. Los nacionalistas españoles con algo de luces aseguran que no son nacionalistas, faltaría más; que todos los nacionalismos son iguales; que no hay que poner nuevas fronteras (ellos están contentos con las suyas, claro); y, si son de izquierdas, dicen ser internacionalistas cosa que, obviamente, no significa nada.

Es muy llamativo y parte de la complejidad del problema que la izquierda muestre esta incapacidad de comprender. Cataluña no es España ni antes ni después del 1/10 como se demuestra -da vergüenza recordarlo- por el hecho de que haya que decirlo. Cataluña es tierra conquistada, según dijo Fraga a Verstringe. Está en España, pero no es España. Cataluña sabe lo que es y lo que quiere ser. España, no; ni lo que es, ni lo que quiere ser, y la mejor prueba es esta incapacidad para entender a Cataluña que raya en lo patológico. Ha sido necesario que las cosas se pudrieran durante años hasta llegar a la confrontación actual para que los socialistas empiecen a preocuparse y presenten un plan irrisorio de una comisión constitucional de reconsideración del lugar de Cataluña a sabiendas de que, con la correlación actual y previsible de fuerzas, eso es imposible. Por no hablar de ese federalismo apolillado en el que no cree nadie; ni ellos. La propuesta no solo muestra una probable mala fe de tratar de engañar a los catalanes con un señuelo parlamentario, sino que oculta algo peor: el intento de ignorar que la rebelión catalana rechaza la legitimidad del orden constitucional y que, por lo tanto, la propuesta carece de sentido dentro del sistema actual; que es una repetición del "café para todos" 40 años después.

Otra cosa sería si, entendiendo que Cataluña no es España, se propusiera una vía de negociación bilateral entre ambas que incluyera un referéndum de autodeterminación pactado. Pero, en el caso del PSOE, eso es imposible porque comparte con la derecha el nacionalismo español que le hace negarse en redondo al referéndum por una cuestión de acartonados principios borgoñones con el argumento, típicamente orgánico de todo el pensamiento reaccionario, de que la parte no puede separarse del todo, el brazo del cuerpo, la rama del árbol. Y no es esta la única bobada que comporte con el PP. También coincide en sus falacias sobre la legalidad, la Constitución, la estabilidad, la Monarquía y, en gran medida, la colonización del Estado por la Iglesia, etc, y por supuesto, el recurso a la represión y la violencia si se considera preciso, con la única salvedad de que, al tiempo que se reduce a los catalanes por la fuerza, no se deje de llamarlos al diálogo. 

Diálogo como el que ofrecía Sáenz de Santamaría mientras preparaba la guerra sucia contra la Generalitat, los procesamientos de Mas, Rigau, Ortega, Homs etc por medio de sus alguaciles en el Tribunal Constitucional, y una batería de denuncias y amenazas que, en el momento de escribir estas líneas, alcanzan ya a los particulares que desobedezcan al Tribunal Constitucional y eso sin apoyatura jurídica alguna, simplemente por un capricho de esta señora. Teniendo en cuenta que la Generalitat ya cuenta con 50.000 voluntarios para el referéndum, calcúlese el hercúleo esfuerzo represivo que habrá de realizar este gobierno de incompetentes para todo lo que no sea expoliar el erario. 

Eso es lo que el PSOE directa y abiertamiente y Podemos de forma ambigua, esquinada e hipócrita están respaldando: la actividad arbitraria de la administración con el apoyo de unos jueces sumisos y la tiranía como forma de gobierno frente a un problema que son incapaces de resolver. Y, de paso, la condonación de la guerra sucia, la organización de policías políticas, el empleo de la fuerza pública con intenciones intimidatorias, la compra y manipulación de los medios, las amenazas y campañas contra la Generalitat. 

Y no solo eso. Quienes no solamente no denuncian las sistemáticas violaciones de la legalidad y el Estado de derecho, sino que las apoyan, también están siendo cómplices de la corrrupción generalizada de un gobierno sostenido por un partido que es una asociación para delinquir. 

Y todo ello porque estos nacionalistas españoles, de derechas, de centro o de izquierdas son incapaces de entender qué está pasando en Cataluña, una sociedad dinámica y abierta empeñada en librarse de la rémora de un Estado que, tras un breve lapso de una democracia mediocre, vuelve por los fueros de los gobiernos de ladrones, meapilas, franquistas y corruptos que han destruido el país. Literalmente.

Frente a ello, el movimiento independentista que mañana, en la Diada, hará una demostración de fuerza y unidad que conquistará todos los medios del mundo, sigue adelante de modo pacífico y democrático como una "revolución de las sonrisas". De las sonrisas y con sentido del humor. El ridículo episodio vivido ayer por la Guardia Civil registrando una revista como un episodio del Cu Cut de hace más de cien años en busca de papeletas de votación, fue apoteósico y aun alcanzó grados superiores cuando, mientras las gentes regalaban claveles a unos hoscos guardias civiles, estos confiscaban una caja... vacía y el consejero Turull avisaba de que no hacían falta papeletas, pues todos podrán traer impresas de casa.

No, amigos, no entendéis nada y, después del 1º de octubre, si el sí es mayoritario, tendréis que tragar una república catalana libre, mucho mejor y más próspera que la España que deja atrás.

dilluns, 4 de setembre del 2017

La cuenta atrás

Después del torrente de amenazas del gobierno y su partido al independentismo el sábado pasado, el domingo, día del señor, el tono general ha sido más llevadero y civilizado. Pero la conclusión es la misma: los nacionalistas españoles no saben qué hacer, no saben cómo detener un proceso que, a su juicio, puede acabar con el Estado (lo de la nación queda para más abajo) como ellos lo conciben. El barco del posible entendimiento que llevaba años amarrado esperando y proponiendo alguna forma de acuerdo, finalmente ha zarpado rumbo al 1/10 y ellos se han quedado en tierra, sin saber qué hacer, sin entender lo que ha pasado.

No obstante, es bien sencillo para quien sepa ver las cosas con discernimiento. Todavía hoy pueden encontrar la solución si quieren. Ayer publicaba La Vanguardia una entrevista a Puigdemont firmada por el director, Marius Carol, a quien cabe felicitar por lo pertinente y profesional de sus preguntas. Las respuestas no desmerecieron. La entrevista aclara muchas cosas, desde las prácticas sobre la urnas y dónde están esas pícaras urnas, a las políticas de altos vuelos sobre si España tiene un proyecto para España, pasando por las personales de qué hará el MH cuando haya cumplido su palabra. Aconsejo su lectura porque en España, hay pocas ocasiones de escuchar y leer en directo al independentismo catalán y, por lo tanto, de hacerse un juicio justo. Pero permítaseme llamar la atencion sobre una respuesta de Puigdemont (que, por cierto, no veo reproducida en la versión escrita) según la cual: "estamos dispuestos a pactar la fecha, la pregunta y la mayoría". Y eso afecta al breve mes que queda. Si no hay pacto es porque le gobierno y los nacionalistas españoles de todo signo, izquierda incluida, no quieren.

¿Por qué no quieren? Porque tienen miedo a un resultado que desmienta la idea de nación española que intentan imponer. Y tienen que imponerla porque ni ellos mismos la entienden ni confían en ella.

Ayer publicaba José Ignacio Torreblanca un interesante artículo en El país, titulado el fracaso del nacionalismo catalán. Dado su argumento principal, también podría llamarse "el fracaso de los nacionalismos en España" puesto que traza un paralelismo entre lo que considera el auge y caída de tres de estos: el castellano, el vasco y el catalán. La idea es brillante y tratada con mesura y elegancia. Pero tiene un punto oscuro en su mismo arranque que, a mi entender, falsea la conclusión, convirtiéndola en un puro deseo: el fracaso sucesivo de estos tres nacionalismos permitirá que por fin despliegue sus alas la nación española que será la que quede, democrática, abierta al mundo, respetuosa con la pluralidad de sus elementos componentes, etc., etc., más o menos, lo mismo que, predicado por otros de sus respectivos proyectos, resulta ser la vana ilusión de una imposible arcadia.

Y es un punto oscuro (por lo demás, muy interesante pues toca el trigémino de la nación española y el llamado "ser de España") porque no queda clara la diferencia entre una nación española buena (que, por cierto, está por ver) y una nación castellana intolerante y supremacista. Nada clara. De darse así ¿cuál es el soporte material de la nación española? ¿Galicia? La nación española no existe fuera de Castilla y sus proyecciones/posesiones. Y tampoco existe la nación castellana que, si acaso, fue muerta en Villalar. Lo que existe es el resto de un imperio que ha ido mermando geográficamente y no ha sabido convertirse en nación en sentido moderno. A veces, para sobrevivir, se ha disfrazado de la nostalgia imperial de Castilla (basta con leer a la generación del 98, que iba de España a Castilla y de Castilla a España sin saber en dónde quedarse) como el que se envuelve en un sudario.

El punto más negro de ese punto oscuro es la idea de que el nacionalcatolicismo comienza con el franquismo. Quien acepte eso ha perdido de vista el problema. España ha sido siempre nacional-católica, desde Trento hasta hoy. No existía el nombre, pero sí la cosa. Lo que hizo el franquismo fue imponerlo a (más) sangre y (más) fuego de lo habitual. Volvió a sembrar de cadáveres una nación difunta.

La nación española, si alguna vez pudiera ser, está enterrada en las cunetas de los caminos que ya no conducen a ninguna parte.

Por último, un pequeño toque de sorpresa. Cuando el conflicto ha llegado a este punto, con las opciones enfrentadas bien claras, siempre hay un alma piadosa que trata de embarullarlas un tantico, solo para que parezcan más humanas. Iglesias, Colau y Doménech con sus huestes (pero sin las de Dante Fachín) convocan una Diada por separado en Santa Coloma de Gramenet con el fin oficial de defender la soberanía de Cataluña. No lo hacen en nombre de la unidad, cual suelen, pero sí en pro de un pueblo catalán unido en el derecho a decidir.

¿No tiene esto cierto tufillo lerrouxista?

dilluns, 14 d’agost del 2017

Desde mi más profundo desprecio

(Me dicen que este artículo de Palinuro, publicado el 4 de febrero de 2016, hace año y medio, está haciéndose viral en Twitter, aunque no siempre figura el nombre del autor. No por hacerlo constar -que, en el fondo, tanto me da- sino por facilitar su correcta difusión, lo reproduzco aquí. El contexto: tras las elecciones de diciembre de 2015, Rajoy, sin mayoría absoluta, no formó gobierno; dejó paso a Pedro Sánchez, quien no pudo ser investido por el voto contrario del PP y Podemos juntos en lo que quizá sea la decisión más estúpida de la formación morada; y ha tenido muchas. La decisión que obligó a las elecciones de julio de 2016 que nos han traído a la infumable actual en la que el país está gobernado por gente indescriptible que ya no da ni vergüenza)


Parece que, por fin, se van ustedes. Usted, aferrado a la poltrona como una garrapata, resistiéndose con todas sus fuerzas y dispuesto a que el país se hunda antes que abandonar su puesto en La Moncloa, en el que no ha hecho usted más que daño a la inmensa mayoría de los españoles. Mentiroso, altivo, autoritario y servil con los de arriba, presunto corrupto y amparador de corruptos y ladrones, falso, inculto, vulgar y pretencioso, realmente es usted una vergüenza para cualquier país civilizado. Y la banda de ladrones a la que llama usted partido, cortada a su imagen y semejanza. O al revés, tanto da.

No han dejado ustedes un euro público sin metérselo en el bolsillo; han robado en prácticamente todos los cargos públicos que han ejercido. No hay más que ver Valencia. Han malversado, despilfarrado o simplemente trincado en todas las actividades de la administración pública, en las adjudicaciones, licitaciones, contratas, concesiones y subvenciones. Se han apropiado dineros públicos de todas partes, desde las instituciones más solemnes a los colegios de niños y los programas de solidaridad internacional, desde las dotaciones de infraestructuras hasta las contratas de suministros a los hospitales. No es que carezcan ustedes del mínimo sentido de la ley moral kantiana; es que son ustedes una banda de granujas.

Constituyó usted desde el pincipio un gobierno de analfabetos, imbéciles, psicópatas, corruptos, meapilas, cínicos sin escrúpulos, ultrarreaccionarios, aprovechados e inútiles, todos, claro está, muy atentos a lo que pudieran afanar y cómo podían amargar la vida a la gente despojándola de todo. Han provocado ustedes una involución democrática única, según sus cánones neofranquistas. Han reprimido los derechos y libertades, suprimido la democracia en los espacios públicos. Han esclavizado a los trabajadores, empobrecido a la gente y obligádola a emigrar,  aumentado la cantidad de parados sin prestación, robado a los pensionistas, privado de ayudas a los dependientes y esquilmado el erario

Han corrompido el Estado de abajo arriba, han llenado la administración de funcionarios venales, parientes, enchufados, deudos, allegados o simples pelotas; han destruido la objetividad de los medios de comunicación públicos, empleados sistemáticamente como aparatos de agit/prop, de ese fascismo "amable" y sonriente que los caracteriza y que llaman ustedes "liberalismo"; tienen periodistas-provocadores directamente a sueldo de ls grandes empresas como el Corte Inglés (y a saber cuántas más), engañando a toda la ciudadanía, verdaderos esbirros como la colección de sinvergüenzas que según parece han cobrado sobresueldos o han estafado en Valencia, Galicia, Madrid, etc.

Y han destruido ustedes el país por su infinita codicia, mezclada con su incompetencia e irreductible estupidez. Los catalanes se van y hacen bien porque nadie con un ápice de dignidad puede soportar estar gobernado por un hatajo de sinvergüenzas, corruptos y ladrones.

Un desastre que durará muchos, muchos años y el principal responsable es usted, el de los sobresueldos. Váyanse ya rodeados todos del oprobio, el ludibrio y el desprecio de sus conciudadanos. Pasen antes por caja, devuelvan lo afanado y preséntense al juez.

divendres, 28 de juliol del 2017

La conferencia de Cartagena sobre la política de la postverdad


Es un vídeo artesanal pero está bastante bien y, sobre todo, lleva un gran trabajo de montaje. Gracias, Antonio.

No comento el contenido porque se comenta solo. España es el reino de la postverdad: gobernada desde hace siglos (y hoy más que nunca) por una oligarquía de incompetentes, corruptos, ladrones y meapilas, ha llegado al colapso y al punto de la desintegración.

Notable trabajo el de esta caterva que todavía piensa que puede dar lecciones a alguien, cuando ha arruinado un imperio y destruido una nación que no pudo llegar a ser.

El vergonzoso episodio de la declaración del Sobresueldos, escurriéndose con prepotencia con la ayuda del presidente del "tribunal" es la enésime prueba de que el país no tiene  arreglo.

dimarts, 25 de juliol del 2017

La nación tardía

En la historiografía germánica suele calificarse el proceso de unificación alemana del siglo XIX como el surgimiento de una "nación tardía" (verspätete Nation) y el calificativo se extiende a la italiana, más o menos coetánea. Son "tardías" por constituirse en el XIX, no como naciones, sino como Estados, cuando otras europeas ya lo habían hecho en los siglos anteriores (del XVI en adelante), Holanda, España, Inglaterra, Francia, Dinamarca, etc. ¿Qué decir entonces del renacimiento del debate sobre la nación española en el XXI? Que o se constituyó falsamente en el XVI (al menos como nación, aunque lo fuera como Estado); o se constituyó verdaderamente en el XVI pero se "desconstituyó" en el ínterin; o aquí alguien se inventa las cuestiones solo con ánimo de alterar aviesamente la plácida existencia de Rajoy.

A comienzos de su primer mandato, en 2004, Zapatero, sin duda iluminado por el espíritu de sabiduría que reina en el Senado, dijo algo que pertenece al reino de la experiencia y la razón; dijo que el concepto de nación es discutido y discutible. Entendiendo que se refería a la española, un enfurecido Rajoy le saltó al cuello dialéctico, montado en el caballo blanco de Santiago (patrón de España y más, hoy), sosteniendo que la nación no se discute y no es discutible. Ante el ataque , el pobre Zapatero, según su costumbre, murmuró alguna confusa justificación y se puso a salvo antes de que los patriotas de Cristo y cucurucho le dieran su merecido.

Sin embargo, hasta Rajoy se da cuenta de que la nación es un concepto discutido puesto que todo el mundo lo discute se ponga él como se ponga. Si, además, es indiscutible, depende del poder que tengan los Rajoys. Si pueden, impedirán por la fuerza que se discuta y, por lo tanto, será indiscutible. Pero, en sí misma, la nación es concepto tan discutido como discutible. Y sería de desear que los Rajoys fueran neutralizados para que la gente pueda discutir pacíficamente conceptos que son esenciales en toda convivencia humana sin tener que aceptar construcciones patrióticas falsas, llenas de oropeles y bambolla, enarboladas y predicadas por unos gobernantes cuya única preocupación real es robar. Es decir, sin perder el tiempo con herederos del franquismo que pretenden imponer su cuartelaria idea de una nación que no es una, no es grande y tampoco es libre, aunque lo repitan como las carracas.

Ahora es el PSOE en su conjunto el que se enfrenta a este espinoso problema en España. Por fin. Y lo hace dando pie a esta consideración de que recela de la plurinacionalidad defendida por Sánchez. No es exactamente la posición de Rajoy, pero se le acerca porque, en realidad, acepta acríticamente la idea de "nación española" acuñada a sangre y fuego por el fascismo e impuesta durante 40 años como victoria incuestionable. "Recelar" no equivale a condenar a las penas del infierno, pero no le anda muy lejos. El PSOE, al parecer, "desconfía" de la expresión. Y, exactamente, ¿por qué? No por la veracidad que encierra pues es obvio que el Estado español contiene varias naciones (dejemos la cantidad y el nombre a la afición discutidora) sino por el alcance que pueda tener (si nación "cultural", "pluscuancultural" o "política") y su impacto en la distribución territorial del poder político y los recursos económicos. Sobre todo los recursos económicos, para qué vamos a engañarnos.

Llueven las propuestas, reveladoras de profundas diferencias: "federalismo simétrico", "idem asimétrico", "federación de islas". No nos entretendremos en valorar las distintas motivaciones de las propuestas. Solo señalaremos que el "recelo" frente a la plurinacionalidad revela el rechazo a la existencia de otras naciones en España que no sean la española. Y, si esto es así, que lo es, la diferencia entre la actitud del PSOE y la de Rajoy es solo la grosería del segundo. 

En el fondo, la llamada "cuestión catalana" que (insisto por enésima vez) es la "cuestión española" ha fracturado, ha triturado a la izquierda del Estado. El PSOE no es un caso único. Algo así sucede en Podemos: aunque se reconoce el derecho a decidir de los catalanes, se hace desde una perspectiva nacional-española menos autoritaria e impositiva que las otras pero, en el fondo, coincidente con ellas. Lo que tiene que hacer la nación española con la catalana (y cualesquiera otras díscolas) es "seducirla". Como si eso fuera fácil con un posible "seducido" mucho más avanzado y elaborado que el "seductor" y como si este tuviera algo con qué seducir. 

En el PSOE les pasa lo mismo, aunque con menos perifollos teóricos. Recelan de la "plurinacionalidad" de Sánchez, de la que, en el fondo, recela el propio Sánchez, porque temen que las demás naciones exijan sus derechos y, claro, una cosa es llamarse nación y otra distinta ejercer de tal. ¿Se quiere una prueba de desconcierto de la izquierda española ante el independentismo catalán? Sáquese a relucir la República, que cristalizará en una Cataluña independiente y seguirá sin poder mencionarse en una España sumisa a una Monarquía que, en realidad, no es legítima. ¿Y se quiere una prueba de la prueba republicana? Dígase que ha hecho la izquierda española por abrir las fosas de las más de cien mil personas asesinadas por los franquistas.

El "recelo" ante la plurinacionalidad se hace evidente en la narrativa federal del PSOE, resucitada tras veinte años de hibernación y remozada en el reino de Granada no ha mucho. Y ahí son muy de ver las mencionadas variantes de federalismo "cooperativo", "simétrico", asímétrico", u "homotético". La variedad demuestra que no hay un acuerdo respecto a qué signifique en concreto "federalismo".

Pero lo más importante, lo decisivo, es lo que ni se menciona. La cuestión de si el federalismo es una solución que se propone, se aprueba y se impone desde una única instancia de poder o si se trata de una forma que las posibles partes componentes (las discutidas y discutibles pero innegables naciones) eligen libremente, pudiendo optar por la independencia.

Ese es el problema de la izquierda y, por extensión, de España.

divendres, 21 de juliol del 2017

De entradas y salidas

O de salidas y entradas, pues el orden de los factores no altera el producto final de la ponzoña y la corrupción del reino.

Salida de Blesa, al más puro estilo del teatro de fines del XIX, el subgénero llamado "drama de pistola". La adaptación española, siempre más montaraz, podría llamarse "drama de escopeta". El de pistola es típico del teatro burgués, estilo Ibsen o Strindberg o Chejov o Tennessee Williams, más reciente. En España, en donde la burguesía apenas existe, el drama va más de nobles, caciques, señoritos y oligarcas, todos ellos aficionados a la caza. En las dos vertientes, el personaje conflictivo salía de escena en el desenlace y, a continuación, se oía un disparo. Y Blesa ya es historia. Su vida fue tan lamentable que hasta la muerte le pareció una opción mejor. Y eso de creer el resultado de una autopsia hecha a la carrera y una incineración que más parece haber sido producida por un rayo.

Leo que la muerte pone a salvo el supuestamente ilegal patrimonio de Blesa. Imagino que no es así. La muerte extingue la responsabilidad penal, pero no la civil, si la hay. Otra cuestión es si existe una voluntad de ir tras ese patrimonio como la hay, parece, de ir contra el de los independentistas. Pero de esto, más abajo.

Blesa no actuó solo. Sus cómplices supérstites siguen encausados. Además, no se nombró a sí mismo para el cargo desde el que perpetró los presuntos delitos. Lo nombró Aznar porque era amigo suyo y lo mantuvo años en el cargo que aquel ejerció a satisfacción del presidente y para holgura económica de su fundación FAES, de la fundación "Nación y libertad", de Aguirre y, en general, del PP. Todos ellos deben dar explicaciones públicas de estos enredos aparentemente criminales.

La entrada corresponde a la Guardia Civil (GC) en el Parlament, el Palau y una conselleria. Sin duda, la GC no actúa por su cuenta, sino a las órdenes de la autoridad civil, judicial, y se ha presentado en los tres puntos con un mandato expreso, aunque no esté totalmente claro en todos los casos. No se cuestiona aquí la pertinencia de la operación, sino su cronología e impacto mediático. Por su contenido, este registro sin duda es tan pertinente como el que el juez ordenó hacer en su día en la sede del PP en la c/ Génova. Con una diferencia: en el registro al PP, este llevaba meses incumpliendo los autos del juez y desoyendo sus peticiones de aportación de pruebas mientras que, en el caso catalán, esta es la primera actuación que se registra. Y en un procedimiento, el del 3%, que lleva más de tres años en marcha.

Es decir, la entrada de la GC está calculada por su efecto mediático, su impacto en una opinión pública catalana y española muy sensibilizadas. Un efecto para tapar el terremoto que ha sido el documental sobre las cloacas de Interior en el que quedan claras muchas cosas oscuras, especialmente dos: a) que el ministerio del Interior tenía (¿tiene?) una policía política encargada de fabricar pruebas para criminalizar a adversarios políticos. b) que Rajoy lo sabía.

Para tapar eso no basta con enviar dos docenas de guardias civiles, algunos enmascarados, como en los mejores tiempos de ETA. En el punto en el que estamos, así no se amenaza ni se atemoriza. La "Operación Cataluña" de Interior acabará en los tribunales. Tiene que ser porque ningún Estado civilizado puede sobrevivir si las fuerzas de seguridad delinquen.

Y sus máximos responsables políticos. Esa monstruosa intención de ir contra los patrimonios personales y familiares de los responsables independentistas es inmoral y probablemente delictiva. La decisión del Tribunal de Cuentas la firma Margarita Mariscal de Gante, exministra de Justicia de Aznar e hija de un magistrado del Tribunal del Orden Público de la dictadura. La locura de estos irresponsables llega al extremo de prohibir que, en caso de ser multados, los procesados puedan recurrir a la solidaridad colectiva. Han de pagar con sus patrimonios, los de sus hijos y nietos.

Y esto lo preteden quienes han aprobado una amnistía fiscal ilegal para sus amiguetes y ellos mismos por valor de cientos de millones de € y contra cuyo patrimonio habrá que proceder. Los miembros de un gobierno y un partido que han malversado y estafado otros cientos de millones del erario cobrando sobresueldos de la caja B, licitando obra pública fraudulenta, malversando caudales públicos. Si vamos contra el patrimonio personal y familiar, aunque no tenga nada que ver con la naturaleza del delito, con ánimo confiscatorio, va a resultar que el PP es de verdad el partido de los pobres.

Es asombroso que nadie denuncie esta persecución arbitraria por razones políticas contra el independentismo catalán, en la que se emplea todo el ordenamiento jurídico y parte (por ahora) de las fuerzas de seguridad. Realmente, la responsabilidad de las izquierdas españolas por inacción e incompetencia es pavorosa. Al no comprender la cuestión catalana que, en el fondo, es una revolución y por eso no la comprenden, cada vez es más irrelevante en Cataluña. Y, precisamente por ello, también es cada vez más irrelevante en el Estado. ¿Por qué? Porque todavía no ha entendido que, sin Cataluña,  no llegará jamás al poder. 

El problema es que ese apoyo tiene el precio del referéndum. Pero, ¿qué menos pueden pedir unos independentistas a un partido, el PSOE, que lideró la última reforma del Estatuto pero, al final dejó a todos en la estacada, incluso al PSC y permitió que la derecha triturara la reforma y hasta la ayudó a hacerlo? 

Ahora piden los socialistas volver al Estatuto de 2006, el triturado. Pero eso es anacrónico. Ahora toca referéndum. En el entendimiento de que, de no celebrarse, mañana también puede ser anacrónico si se declara una DUI.

dijous, 20 de juliol del 2017

España, paraíso fiscal

Y no solo paraíso fiscal, sino lavadero de dinero negro, punto de transacciones opacas, centro de redes clientelares relacionadas con el crimen organizado, si es que no lo son ellas mismas, bolsa de la especulación y lugar de caza de fondos buitres. Basta con recordar que sigue siendo el país que dobla la media en la UE de billetes de 500 €, esos que el BCE quiere retirar de la circulación porque son un instrumento para actividades ilegales.

Para lo más ilegal ya tienen los otros paraísos fiscales, Panamá, Delaware, Caimán, etc. Muchos de ellos no lo necesitan porque la legalidad les permite "optimizar sus obligaciones fiscales", cosa que no tiene nada en común con los vulgares fraudes. Las SICAV, como los fondos de inversión, son artistas de tales ingenierías. 

Otros no precisan de paraísos allende los mares, ni ingeniería fiscal. Es el caso de la Iglesia católica, que no defrauda a Hacienda porque no tiene nada que pagar, al estar exenta de todos los impuestos. Además, puede apropiarse bienes públicos sin tasa a precios irrisorios, con lo cual ahorra mucho de los miles de millones que el Estado (o sea, los contribuyentes) le asigna anualmente. Con esos ahorros pueden los curas difundir la palabra del Señor desde medios audiovisuales caracterizados por la dulzura de su mensaje cristiano. Es de esperar que, en algún momento, la Iglesia explique a la ciudadanía por qué da a Dios lo que es del César. Será quizá cuando se recuerde que la revolución francesa se produjo porque la gente estaba harta de pagar impuestos mientras los nobles y los curas no lo hacían. Como aquí.

Cuando se destapan asuntos de corrupción (prácticamente todos los días) se descubren historias inverosímiles, relaciones peligrosas, tipos nauseabundos, complicidades oscuras. Algunos casos son tan perversos que meten miedo, como el de las cloacas de Interior. Otros parecen más de un hampa con ínfulas de señores, como el de Blesa. Y otros conectan directamente la corrupción con el fenómeno de masas más característico de los siglos XX y XXI. Los tres tienen en común esquilmar los dineros públicos de los que debieran rendir cuentas minuciosas. Uno para fabricar pruebas falsas contra los adversarios políticos; otro para ir a cazar hipopótamos; y el otro, para  darse la vida padre e hijo.

Las cloacas de Interior son la típica ocurrencia de quien redactó esa infame Ley Mordaza, que sigue sin ser derogada, gracias a la inutilidad de la izquierda (la mitad de ella, muy vociferante) y quien condecora estatuas de la virgen. Es evidente que el hombre no está enteramente en sus cabales y es un sectario y un fanático. O sea, un orate. Una persona así es un peligro público y si, además es el responsable de la seguridad colectiva, el peligro puede materializarse de cualquier modo, por repugnante y delictivo que sea.

La historia de Blesa, que ahora queda judicialmente concluida, ya solo interesará por sus facetas humanas, si las hay. Desde el punto de vista político, su suicidio interpela directamente a Aznar que fue quien lo puso al frente de Caja Madrid y lo mantuvo, al tiempo que obtenía diversos tipos de contrapartidas. Todo como prueba de su fabulosa capacidad para dar con los más ladrones e inútiles en los puestos de mando: Rato, Blesa, Rajoy.

El caso de Villar no me inspira nada, pues ignoro todo del fútbol. Supongo que el presidente de los sobresueldos, fervoroso hincha, hará las correspondientes y profundas reflexiones sobre este nuevo caso aislado que le toca de lleno en su más cara afición y deja muy claro el desprecio de estos sinvergüenzas por los intereses del común.

En esta situación es un verdadero sarcasmo que el Tribunal de Cuentas inicie un procedimiento para ir contra el patrimonio de tres dirigentes independentistas de la Generalitat. Ese tribunal tiene entre sus miembros a una ex-ministra de Aznar, un hermano del mismo Aznar y un cuñado o cuñada de algún otro mando del PP. Una desvergüenza alucinante. Un tribunal que, como el Constitucional o la Audiencia Nacional, son nidos de corruptos y vendidos al poder. Eso explica que en lugar de abrir diligencias para que la sarta de ladrones del PP devuelva los cientos y miles de millones que ha defraudado, malversado o desviado, se apreste a avalar una injusticia clamorosa que puede provocar un conflicto mayor en Cataluña. 

dimecres, 12 de juliol del 2017

El frente patriótico español

Mi artículo de elMón.cat de hoy. Habitualmente dedico esta entradilla a explicarlo un poco. Hoy no hace falta. Todos los partidos españoles están contra el referéndum catalán. El PP, montado en el caballo de Santiago y cierra España; el PSOE, en el asno de Buridán; Podemos en el hipogrifo de Ariosto; y C's en la cucaracha de Kafka. Este referéndum ha puesto a cada cual en su sitio y ya solo queda por ver qué decisión toma la Ejecutiva del PSOE pasado mañana. Quiere hacer una propuesta "política" de negociación, lo cual es un avance muy positivo en un Estado, el español, en el que los problemas nunca se encaran, no se entienden y jamás se resuelven. Ojalá le salga algo de provecho, pero no veo grandes posibilidades si no se acepta un referéndum pactado. 

En todo caso y antes de nada, la primera obligación  de la izquierda, de toda la izquierda, es poner fin a este gobierno corrupto, de ladrones y expoliadores, antes de que termine de arruinar y destrozar el país y antes de que provoque un incendio social en Cataluña, que es lo que intenta para tapar su incompetencia.

Para ello se necesita una moción de censura que podría presentarse ya, el sábado mismo, si el "nuevo PSOE" tiene el sentido común, la inteligencia y las agallas de plantear un referéndum pactado. A partir de ahí, un gobierno de izquierda con Sánchez de presidente, dedicado a gestionar el resultado del referéndum, a revertir todo el destrozo hecho por el PP, a emplear la justicia contra un partido de presuntos delincuentes y a regenerar España.

Para eso hace falta tener las ideas claras, ser sincero, demócrata y tener valor.

Aquí la versión en castellano

El frente unido español contra el referéndum
                                                                                                                                             
A medida que se acerca la fecha del referéndum sin que el bloque independentista muestre señales de vacilación (aunque la prensa cavernaria de Madrid se las invente) cunde el pánico en las filas del nacionalismo español. Como siempre, ha sido incapaz de gestionar el conflicto con un mínimo de racionalidad y ahora, cuando ya no hay tiempo, forma un frente común contra el independentismo, olvidando sus aparentes discrepancias.

El PP esgrime la sagrada unidad de la patria que Franco agonizante encomendó a Juan Carlos, aunque ahora se disfraza de unidad “democrática” de soberanía, de “igualdad” (las comillas indican mentiras) de todos los españoles y de vigencia de una Constitución que el propio PP rechazaba en un principio. Para garantizarla está dispuesto a emplear todos los medios, incluso los presuntamente delictivos, como ya ha demostrado.

El PSOE, tratando de diferenciarse de la derecha neofranquista, después de años de haberle hecho el juego, persigue el mismo fin, pero acude a procedimientos menos agresivos, más dialogantes y con mayor voluntad de reforma. No obstante, tiene la misma línea roja del “no” al referéndum y, por lo tanto, no solo llega tarde si no amplía la oferta, sino que su papel de furgón de cola de la derecha será aun más lamentable.

El discurso de Podemos es el habitual galimatías en este mosaico de personalismos enfermizamente mediáticos, pero el resumen final es el mismo que el del PP y el PSOE: “no” al referéndum de autodeterminación catalán porque no tiene garantías, no es legal, no es seguro y, sobre todo, no lo controlan ellos.

C’s está apuntado al “no” desde el mismo origen porque, a pesar de sus aires de brokers estilo Wall Street, su idea de España es la de los triunfadores del 39.

El desconcierto y la agitada controversia son prueba palmaria del susto compartido de la insolente derecha nacional-católica y la izquierda sumisa ante la probabilidad de quedarse sin el país que su mutua incompetencia ha destruido. Puro miedo.

Detrás de las amenazas, las ironías, los engolados pareceres de eruditos a la violeta y los negros vaticinios de augures vestidos de expertos no hay más que miedo. Miedo a que, si se hace el referéndum, lo pierdan y, con él, pierdan el país que llevan parasitando cientos de años a base de oprimir a sus gentes.

El “nuevo PSOE” dice buscar una solución (próxima Ejecutiva el viernes) pactada, negociada, ante la irresponsable inoperancia de la derecha. Algo es algo. Pero, por lo que se perfila, es poco y tardío. La clave para resolver la cuestión es el referéndum pactado. Y es la clave porque, sin él, no habrá moción de censura ganadora y el PSOE no podrá desalojar al PP del gobierno, cosa que podría hacer el 1º de septiembre, con los votos favorables de JxS.

Pero el “no” socialista y el otro “no” nacional-español de Podemos, no solo prueba su miedo y su insinceridad, sino que los hace cómplices de la política represiva que aplica la derecha. Y en esa política represiva hay un nuevo avance especialmente abusivo y repugnante: el intento de ir contra funcionarios y políticos de la Generalitat, atacándolos en su patrimonio. Sin duda, muy coherente con el espíritu de esta derecha franquista que ya aplicó Cifuentes en Madrid y laos dos mendas que dominaron el ministerio del Interior con su Ley Mordaza, un intento de volver al “orden público” de la dictadura arruinando a la gente.

Es literalmente repugnante que el gobierno y partido que más han robado en la historia de España, más caudales públicos han malversado, más han estafado y expoliado el erario, incrementen su política represiva por la vía pecuniaria. Lo hacen atentando contra el patrimonio de los políticos y los funcionarios como antes contra los ciudadanos como una posible forma de reponer los caudales que llevan años robando y malversando en viajes, francachelas, putas, drogas, confetti, cuentas en Suiza y Panamá, sobresueldos, financiación ilegal, sobrecostes, mordidas, cohechos, extorsiones, estafas, obras faraónicas inútiles para beneficio propio y de amigos, sobornos a periodistas mercenarios y expolios con las privatizaciones.

Pero, sobre todo, es una decisión tan odiosa y miserable (propia de quienes proceden de esa manera en todo lo demás) que, de llevarse a cabo, puede provocar un estallido social en Cataluña, harta ya del saqueo, como debiera estarlo el resto de España si tuviera algo de coraje.

Para evitar esa vergüenza de unos mangantes robando el patrimonio personal de los representantes democráticos y los funcionarios, la izquierda, y especialmente el PSOE, solo tiene una salida: pactar un referéndum en Cataluña y presentar una moción de censura que desplace a esta banda de ladrones del poder político (y, por tanto, también del judicial a sus órdenes) antes de que sea demasiado tarde.

dilluns, 10 de juliol del 2017

Razones y sinrazones del referéndum

El foro se caldea. Según se acerca el día D, 1/10, todo el mundo se apresura a fijar su posición, incluso de forma tal que nadie la entienda. Los Comunes participarán en la consulta, pero no harán campaña por la participación. Pues, o bien las autoridades participan a título personal, como cuando Kichi va en procesión vestido de nazareno, o se trata de unos gobernantes legales que acuerdan una actividad clandestina. Los de Podem quieren participar a bandera desplegada y llamando a las multitudes, pero no dan un ardite por aquello en lo que participan. 

Hay también personalidades públicas que se sienten obligadas a manifestar su posición. Recientemente, dos afamados periodistas, Xavier Sardà, que votará "no" y Jordi Évole, que se muestra dubitativo sobre el referéndum mismo. Hay una gran inquietud y se trata de entender ahora, deprisa y corriendo, algo que se ignoró durante años. Con ánimo de contribuir al debate me he permitido realizar un digesto de las razones contra el referéndum, con una apostilla en contra de la contra. O sea, a favor por defecto. 

Los adversarios del referéndum invocan razones

Históricas. Cataluña no ha sido nunca independiente y argumentaciones colaterales sobre la Corona de Aragón, la antigüedad de las instituciones, etc. En definitiva el peso de la tradición.- Apostilla.-La historia no prejuzga nada. La tradición no existiría si no se rompiera jamás.

Legales. El referéndum es ilegal. La legalidad es la base de la democracia. Fuera de la legalidad solo hay tiranía. La Ley debe respetarse, puesto que está por encima de todo, aunque no del rey. Y es obligación del gobierno imponer su cumplimiento porque, de no hacerlo, el ilegal sería él. La ley prohíbe ese referéndum. No es una cuestión política, sino jurídica y por eso entienden de ella los tribunales.-Apostilla.- La legalidad es el producto de una voluntad política acordada en el Parlamento, que es el que hace y deshace la norma legal. La Ley puede cambiarse, no es inmutable y eterna. Para eso está la democracia parlamentaria, para que la mayoría parlamentaria haga y deshaga la ley, como ha venido haciendo la del PP sin límite alguno para imponer sus caprichos y privilegios, cuando directamente sus delitos. El referéndum es ilegal por la voluntad política de la mayoría parlamentaria, que bien podría cambiar, como lo ha hecho en otros asuntos de menor momento.

Constitucionales. El referéndum es inconstitucional. Apostilla.- Falso. No está prohibido y se puede admitir mediante una interpretación adecuada. Por lo demás, la Constitución también es reformable. Basta con querer hacerlo, como sucedidó con el 135.

De soberanía. La soberanía reside en la totalidad del pueblo español y solo esa totalidad puede pronunciarse en un referéndum de esta naturaleza. La soberanía del pueblo español es indivisible, como indivisible es el Estado en el que se encarna.- Apostilla.- Siendo el Parlamento el depositario de la soberanía por representar al pueblo, una decisión permitiendo el referéndum es como si el pueblo soberano autorizase a uno de sus elementos componentes a decidir por su cuenta si quiere seguir en el común o no. Aquí el argumento se va a lo ideológico, incluso metafísico e inoperante para ambas partes.

Internacionales. El referéndum de autodeterminación no tiene cobertura legal internacional porque lo que los distintos instrumentos que España tiene firmados dicen es que se reconoce para los pueblos en situación colonial. Apostilla.- Al margen de que la cuestión colonial tiene un borde subjetivo incómodo, este argumento ha sido invalidado de hecho por los referéndums de Quebec y Escocia y, hasta cierto punto, por el del Reino Unido con el Brexit.

Económicas. Estas se formulan como profecías, no sobre el referéndum, sino sobre sus catastróficas consecuencias para Cataluña. Se acumulan datos y gráficos y magnitudes que auguran empobrecimiento, crisis, ruina; y otros que, al contrario, vaticinan prosperidad inusitada.  Apostilla.- El debate es tan ideológico como los otros, aunque se vista de estadísticas. Los economistas que las essgrimen con vehemencia, defienden en realidad sus previas posiciones políticas. Pero, además, es irrelevante. El referéndum (y la independencia, si gana el "sí") no es un cálculo mercantil, sino un derecho que incorpora el derecho de los pueblos a gobernarse por sí mismos, aunque sea mal.

Comunitarias. Otro argumento sobre las consecuencia. Los espacios siderales (habitualmente vacíos) esperan a estos indepes catalanes. Y fuera de la UE y de la Eurozona, como de la Iglesia, nulla salusApostilla.- Eso está por ver, pues la situación no tiene precedentes y la UE está llena de gente pragmática, dispuesta a hacer algo constructivo con una situación sobrevenida y no a secundar los vetos del gobierno español de turno..

Iquierdistas. Es argumento que suelen emplear las izquierdas españolas de buena fe: la independencia de Cataluña es un acto de insolidaridad con el resto de España, la independencia de los ricos y los egoístas, la Padania española. Una codicia que ignora cómo la prosperidad de Cataluña viene del esfuerzo (en muchos sentidos) de los demás pueblos, que olvida la deuda que Cataluña tiene con el resto de España. Apostilla.- Aquí sí viene bien un poco de historia social y económica para ver que los procesos sociales, económicos, industriales, etc., han sido muy distintos y explican el presente. Pero no hay deuda alguna, ni el argumento izquierdista que la invoca tiene fuerza. Más con algún hecho: tras 40 años de gobierno socialista en Andalucía, la comunidad será región, nacionalidad, nación o lo que quiera, pero lo cierto es que, junto a Extremadura, constituye el Mezzogiorno español.

De la cortina de humo. El independentismo es una hoja de parra (eso sí, cuatribarrada), una cortina (estelada) de humo para tapar las vergüenzas del clan Pujol, el 3%, la corrupción de la vieja CiU, convertida en CDC y reconvertida en PDeCat. La burguesía catalana con sus negocios. Una huida hacia delante de un clan desesperado en torno a Puigdemont que teme ser fulminado por ERC en unas próximas elecciones. Apostilla.- Es el argumento típico de la derecha española que, a día de hoy, cubre todo el arco parlamentario, del PP a Podemos, aunque con el PSOE algo más ponderado y menos infantil. En todo caso, no merece la pena contestar a quien reduce el deseo de referéndum del 80% de los catalanes y el de independencia de unos dos millones a una cuestión de tapar corruptelas de un partido que, además, ha desaparecido ya dos veces.

No sé si esto sirve de mucho cuando los argumentos se afilan con la piedra del interés. Pero lo intenta.

Dicho lo cual, un acorde sentimental: lo que se debate hoy en España, una vez más, es lo que esta encuentra más apasionante: ella misma.

dijous, 6 de juliol del 2017

Arreglando el mundo

Los convoca Vocentro a una mesa redonda para recordar las elecciones de 1977, 40 aniversario, y se pasan el rato hablando de Cataluña y lo que la prensa llama "el desafío independentista". Qué afortunados los españoles de haber tenido a estos tres linces de presidentes. Linces lentos. Hace cinco años ninguno creía que el ascenso del independentismo catalán fuera asunto relevante en la política española. Rajoy calificaba las Diadas de asistencia millonaria de algarabías. Y ahora es de lo único de que hablan. En contra, naturalmente. Con lo que les gusta rememorar las elecciones del 1977 y los gloriosos momentos posteriores. Pues nada, a darle a la matraca del independentismo, según expresión castiza de la vicepresidenta a quien no hacen caso ni los suyos.

Los dos socialistas se enredan en difusos arbitrismos que se condensan en la vaga propuesta de la reforma constitucional. Piensan que el mero hecho de que los amos del cotarro admitan que cabe reformarlo debe ser suficiente para que los indepes se den por satisfechos y depongan su ilegal actitud. Luego ya se verá qué y cómo se reforma. Un federalismo por aquí, una vuelta al Estatuto de 2006, previo al cepillado de Guerra y el emasculado del TC y tan contentos. Zapatero se lía de tal modo que no hay modo de saber si se refiere a los españoles o a nuestros hermanos del otro hemisferio. Y González, más dado a lo especulativo, se maravilla de que nadie dude de la identidad de Cataluña pero sí de la identidad de España. ¿A qué creerá que pueda deberse tan sorprendente circunstancia? No está muy seguro pero afirma que no hay un problema de España-Cataluña, sino uno de Cataluña consigo misma.

Y dos huevos duros más, por supuesto, a cargo de Aznar, con ese estilo de la frontera que le caracteriza. No solamente no hay un problema entre España y Cataluña sino que "antes de romperse España, se romperá Cataluña", lo cual hace patente la lógica patafísica de la derecha. Porque, si Cataluña es España sin sombra de duda, ¿cómo puede romperse Cataluña sin que, por eso mismo, se rompa España? Pues muy sencillo: porque, en el fondo, no creen que Cataluña sea España.

Sí, es un problema de Cataluña con España porque es un problema de España consigo misma.

Mientras tanto, Cospedal tiene ya presto el ademán y la orden por si las fuerzas armadas han de intervenir en defensa de la Constitución, bárbaramente atacada por unas urnas.

En el frente judicial, el Tribunal Constitucional ha anulado la disposición de que la Generalitat habilite créditos para el referéndum. El País lo celebra con alborozo: Puigdemont se queda sin dinero para el referéndum. Me da que estos independentistas hacen una emisión de bonos de la independencia, reembolsables con intereses por el futuro Estado catalán. Sería una forma contundente de comprobar la solidez del apoyo social al independentismo.

dimecres, 5 de juliol del 2017

Hoy, Palinuro en Jaén

En la UNED de Alcalá La Real, Jaén, han tenido el arrojo de organizar un curso sobre España a examen: retos del modelo territorial tras 40 años de democracia, al que han tenido a bien invitar a Palinuro. Por cierto, hay una errata en la convocatoria que no ha podido resolverse por lo que es menester avisar sobre ella: Palinuro no intervendrá a las 19:00 del día 5 de julio, sino a las 17:00. El orden de los dos primeros intervinientes está invertido.

El tema que los organizadores me han asignado es tan genérico que facilitaría despachar el asunto sin muchos miramientos. Pero no es ese el modo palinuresco, así que mi intención es partir de una precisión y llegar luego a una previsión. La precisión: el Estado de las Autonomías ya ha fracasado. Solo está esperando quién lo entierre. Vivimos ahora un presente difícil, de muchas propuestas y contrapropuestas. Tiene gracia, por ejemplo, Pedro Sánchez instando a Rajoy a que dé una solución política a la cuestión catalana cuando es obvio que el mancebo no tiene ni idea de lo que le hablan. Y también la tiene que el que interpela, el socialista, tampoco.

Ambos están aferrados al recurso a la legalidad, que no es si no una falacia porque el problema no es de legalidad, sino de legitimidad. Por eso, la previsión es que Cataluña será independiente ante la incapacidad del Estado español de impedirlo, tanto del gobierno como de la oposición.

Nos vemos en Alcalá la Real.

divendres, 30 de juny del 2017

Cataluña en el mundo

Es célebre la cita de Voltaire : "Cataluña puede prescindir del universo entero, pero sus vecinos no pueden prescindir de Cataluña" (La Catalogne, enfin, peut se passer de l'univers entier, et ses voisins ne peuvent se passer d'elle.). Cuando la leí hace años en El siglo de Luis XIV, decidí averiguar para hacerme un juicio, conocer a fondo la realidad catalana. Y, tras algunos otros años, he llegado a la conclusión de que la primera parte del apotegma es falsa. Cataluña no puede prescindir del universo entero ya que ella misma es, en gran parte, un cruce de factores procedentes de todos los puntos cardinales y continúa siéndolo. Es el territorio más políglota del Estado, con mucho. Cierto, sin embargo que esa propuesta es, en el fondo, una hipérbole destinada a preparar la segunda que, en cambio, es absolutamente cierta: sus vecinos no pueden prescindir de Cataluña y, muy especialmente, sus vecinos españoles o de los otros països catalans. El caso de Francia es distinto, aunque también rasca. Y el del resto del Mediterráneo, lugar que durante siglos estuvo regido por el primer código marítimo internacional, el Libro del Consulado del Mar, de origen valenciano pero que codificaba usos y prácticas principalmente catalanas así como de otras procedencias.

Los vecinos no pueden prescindir de Cataluña. Sin embargo, es pasmoso cómo el nacionalismo español, el Estado, el gobierno, gran parte de la oposición y amplísimos sectores de la opinión pública, más o menos manipulada por unos medios que parecen cuartos... de banderas, se obstinan en ignorar la gravedad de la cuestión catalana cuando no en negarla de plano como se niega la existencia del hipogrifo.

Esta semana ha venido cuajada de sombrías noticias para el Estado en el contencioso con el independentismo. Primero fue el editorial del New York Times sobre el referéndum y el interés de España. Un día más tarde, un abrumador reportaje del Financial Times sobre el mismo asunto, en los mismos términos, aunque más alarmado y alarmista. Por último, un informe de la conservadora Fundación Konrad Adenauer (CDU), avisando de que el gobierno tendrá que resolver el problema al margen de la Constitución. Es difícil decir -como se ha dicho del edito del NYT- que la Generalitat ha untado al Financial Times (que no es La Razón, precisamente, cuyo director parece dormir ya tras las rejas) o a la Fundación Konrad Adenauer. Y esos son puntales conservadores, de influencia mundial. Si hablamos de lo que piensan partidos e instituciones progresistas en Europa y occidente en general, no pararíamos.

¿Se ve cómo Cataluña no puede prescindir del universo entero? Al contrario, su defensa está en la atención que este le presta. De no ser así, la situación no sería la que es.

Y ¿qué hace el nacionalismo español ante esta presión internacional que no solamente no puede descalificarse como una locura de un 3% pujoliano sino que irá en aumento en los próximos tiempos? La derecha política, mediática, empresarial, clerical, militar y bancaria, o sea, la oligarquía nacional católica con el Rey a la cabeza no va a hacer nada, en espera de que la situación se haga insostenible y pueda así fabricarse un pretexto para justificar la represión y, acaso, la intervención del Estado en Cataluña.

¿Y la izquierda? Podemos, en principio, apoya la realización de un referéndum pactado, lo que básicamente coincide con lo que la famosa comunidad internacional recomienda. Que, además, apoye también la realización de un referéndum unilateral es más problemático. Parte lo hace y parte, no.

Pero la cuestión está en la otra parte de la izquierda, el PSOE. Hasta la fecha, Sánchez viene lanzando bravatas sobre la unidad de España (dentro de su maravillosa diversidad de "hombres y tierras") y la cerrada oposición de su partido a todo referéndum ilegal. Es un "no" lanzado al independentismo catalán y a medio mundo; un "no" que unce al PSOE al desvencijado carro de guerra de la derecha, que lo convierte en edecán del PP; un "no" tan ayuno de iniciativas constructivas y propuestas que resulta irritante, a la par que absurdo.

Que la derecha ignore la intensidad de la reacción internacional si se da algún tipo de intervención por la fuerza en Cataluña está dentro de su naturaleza belicosa y agresiva. Que lo haga la izquierda no es de recibo. Que la izquierda se niegue a reconocer, no ya el derecho de los catalanes a tener los mismos derechos que ella, sino el carácter popular, pacífico, democrático, transversal de un movimiento con un amplísimo respaldo social es más de lo que puede tolerarse dentro de la tradición democrática.

Como casi siempre, el error viene de la ignorancia y esta, con harta frecuencia en España, de la soberbia. Ya se sabe que el interés de la derecha es romper todos los puentes y vías de diálogo, coincidente en esto con la derecha del PSOE que, tras el golpe del 1º de octubre, se negó a hablar siquiera con Podemos y con los indepes catalanes. Pero esa no puede ser también la actitud del "nuevo" PSOE, que dice estar a la izquierda. Su obligación es actuar con cordura, justicia, respeto e... imaginación, como pedía el otro día el nada sospechoso de delirios separatistas Enric Juliana.

Mientras llegan esas propuestas nuevas, audaces y, sobre todo, rápidas, dado que quedan tres meses hasta el referéndum, podría hacerse un ejercicio de clarificación. Hasta ahora sabemos que, según Rajoy y Sánchez, el referéndum no va a celebrarse. La pregunta inmediata es ¿por qué no? Y la respuesta, no menos inmediata: porque es ilegal.

Aquí una pausa: ¿significa lo mismo la legalidad para la izquierda y la derecha? El gesto de Rosa Park fue ilegal y originó el movimiento de emancipación de los negros aún en curso. Ilegales fueron los colonos norteamericanos, ilegales los seguidores de Gandhi, ilegales las sufragistas que acabaron consiguiendo el voto femenino, ilegal durante largos años el PSOE.

En el fondo, ninguno de los dos, PSOE o PP cree en la excusa de la ilegalidad. Entre otras cosas porque la legalidad o ilegalidad de algo es una decisión política que puede tomar el órgano legislativo cuando le pete. La legalidad ha de ser la cristalización jurídica de la razón y la moral y poca razón y menos moral tiene negar a un pueblo el ejercicio de un derecho por el que ha luchado con más denuedo incluso que el que se lo niega por el suyo.

No es la legalidad o ilegalidad del referéndum la razón de la negativa del nacionalismo español de derecha e izquierda, sino el hecho de que carece de capacidad para articular una alternativa y se niega a reconocer que el independentismo catalán ha terminado de hundir el carcomido sistema del 78 e, histérico, teme que ese hundimiento acarree el del Estado. Que eso lo piense la derecha está en el porcentaje de sus comisiones y sobresueldos. Que lo haga la izquierda indica la falta de fe de esta en el proyecto de nación que, sin embargo, pretende encasquetar a los catalanes.

Porque, si de verdad creyera en él, no tendría inconveniente en someterlo a referéndum.